Capítulo 18

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Vegeta.

La furia recorre mis venas, una presión extraña se apodera de mi pecho al recibir tal noticia.

《Se lo han llevado》

—¡Malditos insectos! —grito eufórico arrasando con todo a mi paso.

Rompo las lámparas, vuelco todo los muebles a mi paso, destrozo ventanas y paredes tratando de apaciguar la furia que me carcome pero me es imposible.

—Señor —entra un subordinado temblando de miedo—. La Reina no quiere salir de su dormitorio y…

Levanto la mano para que se calle, obedece enseguida y sale.

Bulma la ha de estar pasando peor que yo. Después del incidente en Marruecos ordene que la trasladaran a la Isla Bejīta.

Frezeer aún no me hace saber el precio por la vida de mi hijo pero sé que no quiere dinero, quiere poder y tal vez lo mate.

Camino por los pasillos, mis hombres se mantienen firmes en sus puestos, la búsqueda empezó desde hace tres días, invadimos la mansión de Frezeer pero ha desaparecido, parece que se lo hubiera tragado la tierra. Todo el maldito mundo delictivo lo busca por mar, cielo y tierra sin tener frutos.

Respiro hondo un par de veces antes de tocar la puerta de la alcoba. No recibo respuesta. Me lleno de paciencia y vuelvo a tocar obteniendo el mismo resultado. Toco mi frente con las yemas de mis dedos y cierro los ojos tomando una pausa.

—Bulma, sé que estás ahí, abre la puerta —pido pero nadie responde.

Abro la puerta a las malas. La peliazul está en el suelo llorando desconsoladamente junto a la cama.

—Déjame sola —titubea.

—No lo haré —respondo firme.

Sigue sin dirigirme la mirada, me siento a su lado y la atraigo hacia mi abrazándola.

—Todo estará bien…

—Claro que no —me corta—, estuve por años en el Parlamento Bicameral, sé de lo que es capaz ese psicópata.

La entiendo, para nadie es secreto que Frezeer es sanguinario y que le gusta divertirse torturando a sus víctimas sin importar su edad ni género.

—Tráelo a casa —alza su mirada encontrándose con la mía.

Tiene la nariz y los ojos rojos, veo miedo en sus ojos azules. Esta aterrada.

—Lo traeré —prometo.

La tomo del mentón atrayéndola hacia mi para poder besarla sellando mi promesa.


***

—Todo el continente europeo lo está buscando al igual que el americano y el asiático —me informa 18 caminando a tras de mi.

—¿Dónde diablos está Cherry? Necesito que busquen en todas las páginas de internet si hay novedades de sus ventas —ordeno mientras 18 anota todo.

—Estamos trabajando en eso. La última vez que se le vio a Frezeer fue el Marruecos en el atentado, se cree que ese mismo día huyeron en las camionetas, la seguridad del hotel fue saboteado minutos antes del atraco pero hemos encontrado las matrículas gracias a las cámaras de seguridad del hotel que fueron instaladas en esos días… —su radio la interrumpe—, permítame —pide para irse unos pasos más a tras escuchando lo que le dicen.

—Bill quiere verlo, señor —llega Nappa.

—Sino sabe dónde está mi hijo, recházalo.

—Como ordené —se retira el calvo.

—¡Jefe! —me llama la rubia—. Es Cherry, ha capturado con vida a un integrante de la fuerza Gunyu, esta en Ámsterdam pero no hay señal de Frezeer ni de los demás.

—Haz una videoconferencia.

Todos se mueven a dicho salón, 18 hace contacto con la pelinegra, esta al otro lado de la cámara, atrás de ella está el gordo de Ghurd amarrado a una silla.

—¿Dónde lo encontraste? —pregunto furioso.

—En el Distrito Rojo aquí en Ámsterdam —responde—. A la espera de órdenes mi Rey.

—¿Dónde diablos está mi hijo? —le pregunto al enano.

No responde, Cherry le propina un golpe en la cara pero solo hace que se carcajee. Aprieto las manos enojado.

—¿Crees que te lo diría? ¡Nunca traicionaría a mi amo Frezeer! —vuelve a carcajearse pero Cherry lo calla de otro golpe.

—¿Qué hago?

—Tortúralo hasta que te diga el paradero de mi hijo —veo el malestar que le causan mis palabras—. Llámame cuando lo sepas.

—Como ordene —responde seria.

Su mirada se dirige a tras de mi espalda antes de cortar la transmisión, doy vuelta encontrándome con Bulma recargada en el marco de la puerta.

Todos salen dejándonos solos.

—¿Confías en ella? —me suelta.

—Bulma, debes descansar.

—¡Respóndeme! —exige, me acerco a ella tomándola en mis brazos.

—Sí —respondo—. Es uno de mis más fieles soldados.

—¿Por qué lo dices? ¿Solo porque es tu amante?

—No entiendo tu enfado —admito—. Fue mi amante, tiempo pasado. Tu eres mi esposa.

—So…solo devuelme a mi hijo —suelta las lágrimas que había acumulado.

Esta sensible por lo que paso, ver a Cherry le empeoro el genio.

Las horas pasan, no hay ninguna novedad por ningún lado, ya he dejado inconsciente a más de diez soldados desahogándome un poco.

—¡Tenemos noticias! —18 corre hasta posarse frente a mi—. Cherry logró conseguir una dirección, no creo que le guste… pero por lo que me informo, están en Montreal, Canadá.

《¿Canadá. Qué mierda?》

—Preparen todo, armas, municiones, explosivos, transporte ¡todo! —ordeno.

—No es tan fácil —se mete la rubia—. La seguridad de Canadá no tardará en atacarnos, además de que es una ciudad muy turística, habrá miles de ciudadanos ¡podrían meterse las organizaciones policiacas del mundo!

—¡No me importa! Debemos de encontrarlo.

—Entiendo que esto es difícil, pero si lo hacemos no tardarán mucho en capturarlos y enviarnos a la prisión de máxima seguridad de los Estados Unidos.

18 tiene razón, pero no me puedo quedar con los brazos cruzados sin hacer nada. Esta es la única oportunidad que tendré en mucho tiempo.

—Yo me encargaré de eso —ambos volteamos a ver a Bulma, ha estado a mi lado todo este tiempo—. Aún tengo acceso al Parlamento Bicameral, puedo darles tiempo y crear una distracción para los ciudadanos y pasar desapercibidos.

—Hagámoslo —sonríe 18 con malicia.

Esto no se quedará así, lo recupero porque lo recupero.

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Hoy estoy muy motivada, espero poder escribir dos capítulos más sin ser interrumpida  :)  ¡hace mucho que no me pasaba esto!

𝑳𝒂 𝑫𝒂𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora