Capítulo 15

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Maratón 1/3

Toda la tarde y noche me la pasó resolviendo pendientes mientras que Prince me sigue a todos lados sin despegarse de mi.

—¿Me compras helado? —escucho como le pregunta a Broly.

El fortachón voltea a verme esperando una orden más directa.

—Creo que no escucho, vuélvelo a repetirlo —el chiquillo se me queda viendo y después ve Broly.

—Tráeme helado —ahora le ordena.

Broly acata la orden y Vegeta Jr voltea a verme con una sonrisa malvada en la cara, camina hacia mi arrastrando un poco la capa.

—Ya me aburrí —dice.

—Me sorprende que tan rápido estés manejando la erre —me burlo—. Esto aún no acaba y tu madre sigue ocupada, iremos a otro lugar más extravagante —le informo.

Andamos por los túneles hasta llegar al club subterráneo. Sé que Frezeer está rondando en esta zona al acecho de Bulma, ahora más que nada debo protegerla. Entro al club, Lola y Emmy se lleva al niño mientras que Bills y Wiss me hacen compañía junto a otros Sayayin.

—Vegeta, cuanto tiempo sin vernos —saluda el odioso de Dodoria.

—¿Dónde está tu jefe? —voy directo al grano.

La música y la escasa luz nos dan privacidad a pesar de que el club está a reventar. Tomamos asiento.

—No pudo venir, tiene asuntos más impor… —no lo dejo terminar y estrello su cabeza contra la mesa.

—Mi orden fue clara —aprieto los dientes.

—Tú ya no mandas más —dirijo mi vista a Zarbon—. Sin un heredero es imposible, Jiren tomará el poder pero como lo matarás entonces el amo Frezeer lo hará.

—¿Amo Frezeer?

—¿Escuchas eso? Es la hora de tu derrota —se me burla en la cara haciéndome enfurecer—. No tienes heredero y pronto se desatara una guerra.

—¿Una Guerra? Hablas de sus mediocres guerreros enfrentándose contra mis Sayayin ¡Ja! No me hagas reír porque saben muy bien que el ganador sería yo.

—Sabia que dirías eso, pero el amo Frezeer es cauteloso y calculador, te dará donde más te duele, ¡él gobernará!

—Lastima que no estén para presenciarlo —sonrío.

Saco mi navaja y le corto el cuello a Dodoria, Zarbon se levanta queriendo correr pero Bills lo apuñala repetidas veces sin levantar sospecha, deja el cuerpo en el sofá dándome un asentimiento.

—¿Qué es lo que quieres que hagamos? —pregunta.

—Primero quiero deshacerme de Jiren, dejemos la cabeza de Frezeer como el postre, quiero disfrutar su tortura —asiente con una enorme sonrisa malévola.

Si algo le gusta a Bills es desafiar a los grandes.

Me pongo en contacto con Tarble, las elecciones serán mañana y más le vale que gane.

***

—Basta, nos oirá —pone sus manos en mi pecho tratando de apartarme pero me aferro a su cuello.

—Esta dormido —le repito por cuarta vez atrayéndola más hacia mi.

Sus piernas se envuelven en mi cintura, la sostengo por la espalda. Estamos en medio de la cama con poca ropa, mi espalda rosa un poco contra la madera de la cabecera de la cama. Suelta un gemido de lo más sexi poniéndome aún más duro.

—Shhhh —pongo mi dedo índice en sus labios— Si sigues así se despertará.

Sonríe y me devora la boca. Muevo su cadera contra la mía para que sienta como me pone.

—Eres mía —remarco mis dedos en su piel suave.

—Ahh —gime cuando devoro su seno izquierdo, mordiendo y chupando como a ella le gusta— Ve…Vegeta.

—¡Mamá! —la puerta se abre de un golpe, Bulma se aleja de mi y se acomoda la playera tratando de cubrirse.

—¿Qué pasa?

—¡Hay un monstruo en mi armario! —corre a sus brazos cargando un peluche.

《Pero que ridículo》

—¿Quieres dormir con nosotros?

—¡Sí!

—¡No! —respondemos al mismo tiempo.

Volteamos a vernos, creo que esto se ha convertido en una lucha por ver quién tiene más la atención de Bulma.

—Tiene su propio cuarto y además los monstruos no existen —trato de explicar para que no lo deje dormir con nosotros y poder terminar lo que empecé.

—Es un niño, no lo dejaré dormir solo. Tiene miedo —me ve tratando de explicarme.

Ruedo los ojos y me dejo car en la cama cubriéndome la cara con una almohada.

—Ven, Prince —siento como lo pone entre nosotros.

Apaga la luz abrazándolo. Me quito la almohada de la cabeza y paso al niño de mi lado para que me abrace a mi y no a él.

—No seas celoso —suelta una pequeña risita.

—Lo hace al propósito.

—Tiene solo cinco años —insiste.

—No sabes lo que yo a su edad hacía.

—No quiero saberlo.

Me da la espalda, quedamos en forma de cucharita, el sueño me llega y mis ojos se cierran pero antes de caer profundamente dormido siento como unas manitas me abrazan por la espalda.

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¿Hace cuánto que no hacia un maratón? Xd
Espero que lo disfruten.

𝑳𝒂 𝑫𝒂𝒎𝒂 𝑫𝒆 𝑳𝒂 𝑴𝒂𝒇𝒊𝒂 ✔Onde histórias criam vida. Descubra agora