Epílogo.

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-¡Esto es indignante! ¡Hasta cuando se aleja, esa chica trae problemas!

Logan Lerman podía ver la sombra de su padre, Larry, pasear de un extremo al otro de la oficina. No lo miraba directamente. No le prestaba atención a nada en realidad. Su mente estaba apagada, desconectado de este mundo y sin la posibilidad de moverse aunque quisiera. Porque no quiere.

-Ya llamé a mi equipo, van a hacer lo posible de eliminar la noticia en internet.-él agradecía que Brad siga a su lado en este momento, pues no tenía la capacidad de lidiar solo con todo lo que le está viviendo encima.

Todo lo acontecido en el aeropuerto fue expuesto por las noticias y canales de chismes. Internet está plagado de fotos y videos donde el chico de ojos azules le ruega al amor de su vida que no se vaya. El mundo le restriega en la cara lo que perdió.

-Esa mocosa no podía irse en silencio ¡Nooo! ¡Tenía que armar un espectáculo para colarse de la fama hasta el último segundo!-Larry Lerman continuaba despreciando el escándalo, culpando de todo a la chica.

Eso su hijo no lo iba a tolerar.

-Ella nunca quiso llamar la atención, papá.-Logan salió en su rescate.-Yo provoqué todo, no le eches la culpa.

-¿Y te atreves a defenderla después de dejarte en ridículo?-lucía indignado de que su hijo se ponga en su contra.

-Solo estoy diciendo la verdad, yo armé ese espectáculo.

-¡Esto nos costará muchos proyectos! ¡Te va a dejar en la ruina!

El joven actor le pidió ayuda Brad Pitt con la mirada. El hombre suspiró con pesar y levantó su trasero del sillón.

-Larry, déjame hablar con él a solas.-le pidió, casi empujando al padre Lerman.

-¡Pero es mi oficina!-se queja el mencionado, aún siendo levemente empujado fuera.

-Lo sé y es muy bonita, pero necesito hablar con el muchacho.-le sonrió de manera cínica.

Una vez Pitt envió a Larry fuera del estudio, le cerró la puerta en las narices. Giró sobre sus pies y recostó el cuerpo en la puerta.

-No te entiendo.-suelta de pronto, el chico no comprende a qué se refiere.-Dijiste que ibas a hacer todo lo posible por convencerla para que se quedara.

-Y eso hice.

-No, no lo hiciste.-le contradice, se despega de la puerta y confronta al joven, parándose frente a él.-Tenías el anillo en tus manos ¿Por qué no le propusiste matrimonio?

Logan comenzó a jugar con sus dedos en un acto nervioso, le era difícil mirarlo a los ojos y decirle en voz alta algo que quería llevarse a la tumba. Habían pasado apenas 78 horas desde que los colores lo abandonaron y le dolía cada miserable minuto.

-Aunque lo hubiera hecho, igual se habría ido.-murmura.

-Lo hubieras intentado de todas formas. Repito: ¿Por qué no lo hiciste?

Al muchacho le costaba decirlo, quería evitar ese tema a toda costa y hacer que lo del matrimonio quedara en el olvido. Su error fue contarle a alguien como Brad Pitt que siempre analiza sus movimientos.

Se dejó caer en el sofá por completo, sumamente cansado. Física y mentalmente.

-Porque no sería justo para ella.-revela de una vez.-Me pidió respeto en su decisión y sacarle ese anillo... La iba a poner en una posición difícil. La conozco, iba a matarla si lo hacía.

Su acompañante lo contempló con compasión. El chico no merecía el fiasco que había pasado los últimos días, Brad no sabía con exactitud como ayudarlo. Optó por sentarse con él y rodear al chico con su brazo en un gesto paternal.

-¿Sabes? Tienes mucho control para haber perdido la cabeza ese día.-lo consuela.-Hiciste bien, Logan.

-¿Y por qué no me siento bien?

-Porque duele y seguirá doliendo hasta que cicatrice la herida.-Pitt apretó su agarre.-Puede que pasen por muchas cosas, tanto buenas como malas, pero solo el tiempo sabrá si unirlos o no.

-Ella me hace tan feliz...

-Debes aprender a vivir sin ella, solo así podrás vivir con ella.

Para el más joven de los Lerman, las palabras de Brad eran confusas. Le había parecido una persona bastante sabia desde que lo conoció, enseñándole valiosas lecciones de vida, pero no significaba que entendiera todas. Pensó que era porque es muy joven todavía.

-Empezaré por sobrevivir a lo que queda de la gira.-el muchacho habló luego de un largo silencio.-Y, claro, si no nos matan cuando regresemos a Washington.

-A diferencia de tu padre, al equipo les encantó la publicidad gratis.-bromea.-Sobretodo que revelaron el vídeo de las cámaras de seguridad cuando Jon fue atacado por una señora mayor y su bolso.

Logan no se esperaba lo último. Su cabeza maquinó la escena y la encontró hilarante.

-¿De casualidad grabaste el noticiero?-arqueó una ceja.

El hombre mayor soltó una risa, deleitado por el cambio de su pupilo.

-Tendremos mucho tiempo para ver las cagadas de Jon cuando aterricemos en Japón.

(...)

Su cuerpo estaba distribuido en las sillas frías de la sala de espera del hospital. No sabía con exactitud cuántas veces se había quedado dormida, pues tenía leves impulsos de revisar que su bolso siguiera al lado de ella y no se lo hayan robado. Lo que si tenía claro es que llevaba cuatro días esperando buenas noticias.

No lo admitiría en voz alta, pero estaba asustada. Muy asustada de lo que pasaba tras las puertas del área de operaciones y el no tener a nadie a su lado le daba tiempo de tener episodios depresivos en su mente. Habla una que otra vez con la recepcionista y unos enfermeros que descansan cerca del bebedero.

Antes de quedarse dormida, solo mantenía sus ojos cerrados e imaginaba que estaba a salvo con su madre y hermano, volviéndose loca con el trabajón que le dejaba su jefe, saliendo de fiesta con sus amigas, cubriéndole los desastres a su cuñado, burlándose de su ex y amando con locura a su novio. Eran hermosos los recuerdos que circulaban su mente y la hacían recobrar fuerzas para no dejarse vencer.

Porque tenía esperanza.

La esperanza de volverlos a ver pronto.

De volverlo a tener en sus brazos.

Alguien le había tocado el hombro, se sobresaltó porque seguía algo desorientada, pero reconoció a la mujer de bata blanca con el cabello oscuro.

-Bianca, tu papá ya fue trasladado a una habitación. Todo salió chévere.-le sonríe con esperanza.

Eso reconfortó el corazón perdido de la joven, al menos había pegado una en toda la semana destructiva. Se levantó lo mejor que pudo de las incómodas sillas y la doctora la acompañó a la habitación indicada.

Ahí estaba él. Conectado a muchos cable y máquinas que ella no comprendía, pero confiaba en que eso lo haría recuperarse.

Porque ella tenía esperanzas de que la vida le daba este desvío por algo bueno.

Una recompensa.

Una vida plena y maravillosa.

Fin.

El mariquito de Logan | Logan LermanWhere stories live. Discover now