Epilogo

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Quedó mirando la maleta con ropa. Estaba seguro que tenía lo que necesitaba, no llevaba mucho, tenía pensado comprarse cosas allá a medida que pasaba el tiempo. Suspiró, sus manos temblaban más que una gelatina, durante todo el tiempo de espera no se había sentido nervioso o triste, pero ahora sentía que aquellos sentimientos le pasaban factura.

Agarró su teléfono con tristeza y se lo guardó en el bolsillo trasero del pantalón. Bajo la tapa de la maleta y comenzó a cerrarla. No le quería decir a nadie, pero aquel apretón en el pecho le estaba sacando hasta las ganas de respirar.

-¿Estas bien?—levantó la mirada al escuchar la voz de su hermanita. Simplemente le sonrió, no tenía valor de hablarle. Minnie hizo lo mismo. Ella camino y se sentó sobre la cama, quedando cara a cara— Más te vale no retractarte.

-Claro que no, estoy al tanto de la oportunidad única que estoy teniendo.

-Eres el futuro de la familia, lo sabes, ¿no?—el chico asintió y se sentó junto a su hermana— Te voy a extrañar— declaró cuando se apoyó sobre su hombro.

-Yo tambien, pequeña pulga.

-¿Le has dicho algo a Casandra?

-La última vez que hablamos fue hace tres días. Solo le dije a que hora era el vuelo—hizo una mueca. Se sentía mal por no poder hablar con ella como antes y, aunque no quería aceptarlo, hoy terminaban su relación. Los dos estaban al tanto que tomaban caminos separados y no podrían comunicarse ni verse.

-Eso De ya practicar que no se verán me parece idiota—murmuró la chica— Ambos están sufriendo.

-Mejor ya prevenirnos del dolor, ¿no?

Minnie ladeo la cabeza.

-No lo sé... algo me dice que ustedes son almas gemelas—se tiro sobre la cama— Que están destinados a estar juntos.

-Minnie, esas son bobadas—rio ante las ocurrencias de la menor de los Carlier.

-¡Ya verás! Ustedes se van a casar y serán una pareja súper envidiable—Alistair sonrió de lado ante la determinación. Los dos alzaron las cejas cuando sintieron que un auto aparcaba— Creo que... el taxi vino a buscarte—murmuró.

-Si...—se levantó y quedó mirando a su hermanita. Se habían jurado no hacer ese tipo de despedidas cursis, pero vaya que era complicado. Él tomó la maleta y fue hacia la puerta— ¡Al!—el nombrado volteo y soltó la maleta cuando ella se le abalanzó para abrazarlo— Estudia mucho, por favor—lloriqueo.

Los hermanos Carlier se quedaron abrazados, llorando.




-¡Casandra! ¡Contéstale mujer!—chilló Malcolm en un ataque de histeria. Su novio trataba de tranquilizarlo, pero al parecer eso incrementaba la llama— ¡Jonathan, dile algo!

-Ya intente todo—murmuró molesto— Esta estupida idea que tienen tu y Alistair es simplemente increíble—dijo entre dientes.

-¿Para que voy a ir si va a ser peor?—murmuro la castaña mientras estaba acostada en su cama. Blanca suspiró, sentada a su lado.

-Deberías de despedirlo en el aeropuerto.

-¿Y si por mi culpa cambia de opinión?

-Si no cambio de opinión conmigo, menos contigo—comentó Jonathan.

-¡Jonathan!—chillaron todos.

-A lo que voy es... súbete al maldito auto y ve a despedir al insoportable de tu novio—señaló la puerta con enojo— Y si tu no lo haces te agarre de los tobillos y te arrastrare por toda tu casa.

Just One More Kiss [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora