BESOS EN GUERRA (Terminada)

45. EL DAWSON EQUIVOCADO

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Lana.

Troy me agarra porque me dejo caer en el suelo y desgarro mi garganta por el grito. Esto ha tenido que ser una broma de mal gusto que el Vaquero me ha hecho. Esto no puede ser cierto cuando hace unos días estábamos de viaje juntos y planificando nuestro futuro.

Ha sido como si me estuvieran despellejando muy lentamente. Horrible. Horroroso. La peor sensación del mundo. Algo que jamás imaginé que me pasaría y más después de habernos jurado amor del bueno.

Sus palabras queman. Y sobre todo el hecho de que me haya dicho que ha alargado nuestro noviazgo solo por no renunciar al buen sexo. Eso ha sido lo que ha hecho clic en mí y me he dado cuenta que iba totalmente enserio, y que lo nuestro se acabó.

Había frustrado con Troy toda mi rabia pensando que tenía la culpa de que no hubiera ido detrás de él, y ahora entiendo que mí mejor amigo solo me quería proteger.

Me levanta del suelo con facilidad y me abraza -Escúchame, nena, no merece la pena, no cuando ha sido tan sumamente capullo con esa mierda que ha soltado.

-Él no es así -susurro, totalmente rota y con los ojos cerrados -Él no piensa así, Troy.

-Lana, no seas tonta, hazme el favor -mi mejor amigo jadea y muerde su labio con fuerza.

Llevo ambas mano a mi cara y me dejo caer sobre su pecho -No puede hacerme esto.

-Si, si que puede, y no sé porque pero me lo veía venir.

Me aparto, mirándolo fijamente -¿Que me estás intentando decir?

Troy suspira y niega -Que lo vuestro empezó con sexo, nena. Desde un principio él sabía lo que que quería

No, no puede ser. Yo realmente había visto amor en cada parte de él. Ya lo he dicho muchas veces.

Jamás había experimentado lo que era el amor a gran escala. No había llegado la persona que tocara mi alma y creo que todo fue por miedo a esto mismo. A que me hicieran daño. Ahora he conocido las dos caras de la moneda y no me arrepiento de amar, pero sí de haberme involucrado tanto y haber olvidado quien soy, para darle a él todo lo bueno que creía que merecía.

Lucas Dawson es el amor de mi vida. Da igual la situación, los hechos... Él me ha enseñado a amar de una manera increíble, por eso sé que esto no puede acabar así, y que merezco una explicación convincente para no acabar con todo lo que hemos construido.

Teníamos que ser eternos aunque no estuviéramos juntos.

-Un Dawson no se enreda de esta manera con un Miller solo por sexo -aparto mis lágrimas - Ha conocido a mis padres, Troy.

Mi amigo analiza mis palabras y suspira -Sea lo que sea, te ha dejado, Lana, y si te quieres un poquito, dejarías de arrastrarte.

Entrecierto mis ojos -Con el orgullo no se llega a ningún sitio.

-Ni siendo una ridícula tampoco.

Eso último me sorprende pero estoy demasiado rota como para discutir, por eso después de mirarlo y negar con la cabeza, me dirijo a casa para tumbarme en mi cama y olvidar este día de mierda.

Troy chasquea su lengua, seguramente arrepentido, pero no viene detrás de mí. Me conoce lo suficiente como para saber que ahora me tiene que dejar tranquila. Y agradezco cuando entro y ya no hay nadie, se habrán ido a sus respectivas habitaciones.

Esa noche, al llegar a mi habitación, no pude dormir, ni dejar de llorar tampoco. Me limité a pensar, a mandarle mensajes a Lucas que jamás respondió y a darle vueltas a esa noche juntos la cual nunca imaginé que sería la última, pero que ya anunciaba una despedida.