1. TODO POR EMPEZAR DE CERO

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—Eres idiota —tenso la mandíbula y paso una mano por mi rostro, viendo a mi hermana mayor del otro lado de la pantalla, muerta de la risa —No ha tenido gracia.

Camila carcajea y lleva una mano a su abdomen —¡Dios, tenías que haberte visto la cara!

Entre cierro mis ojos, porque aún no entiendo como le puede hacer tanta gracia jugar con algo así —¿Desde cuando eres tan graciosa, Camila? Te recordaba como la más sosa e insípida de los cuatro.

Touché.

La sonrisa de la rubia desaparece y sé qué se ha enfadado, pero lo que le he dicho no es una cuarta parte de la broma pesada que me ha gastado ella.

Había venido todo el camino del despacho de Sean al mío, con el corazón en la garganta, muy confundido porque era imposible, pero con algo de emoción.

No sé porqué.

Al llegar y ver a mi hermana en el ordenador, muerta de la risa y disfrutando con su broma, me habían entrado ganas de coger un avión hacia Chicago y matarla.

Camila aclara su garganta después de haberse quedado sin palabras y echa su pelo rubio hacia atrás —Bueno, sé qué ha sido un poco cruel, pero yo que sé... Pensaba que después de cinco años...

—¿Qué? —interrumpo —¿Que no me dolería? —hago una mueca —Pues te equivocas, además os lo tengo más que dicho, que no la mencionéis.

Mi hermana aprieta sus labios y deja descansar su cara sobre la palma de su mano —Lo siento, hermanito —chasquea su lengua —Es que hoy estoy más feliz de lo normal y ayer no me cogiste el teléfono en todo el día. Ha sido la emoción y...

—¡Tío! —una cabellera castaña asoma por la Cámara y mi sonrisa se ensancha, haciendo desaparecer el malestar de hace unos minutos.

Mi preciosa sobrina Trace fue esa luz que necesité para seguir. No suelo ir mucho a Chicago, solo para ir a verla a ella porque es mi vía de escape, mi persona favorita, la razón por la cual sonrío de verdad...

Cuando nació fue la alegría más grande que me pudieron dar. Yo estaba de exámenes, pero me escapé ese fin de semana para verla, intentando no coincidir con nadie para no incomodar, y quedándome el menor tiempo posible, por si las moscas.

Recuerdo que la primera vez que la vi, solo quise llorar, por que mi monstruita se parecía demasiado a la familia de su padre, más exactamente a...

—¡Mi amor! ¿Que haces que no estás en el cole? —muerdo mi labio y mi sobrina arruga la nariz.

—Mamá me ha dejado faltar hoy porque vamos a ir a celebrar que ella y papá se van a casar.

Mi rostro se torna serio y miro a mi hermana, que lleva una mano a su frente y niega.

¿Como que se va a casar?

—Cami... —susurro.

Camila aprieta los labios con una sonrisa inocente y asiente —Quería que te enteraras de otra forma, pero ya sabes como es tu sobrina.

Alzo mis cejas porque aún no puedo creerlo y después de unos segundos sonrío, casi sin poder decir una palabra.

—Eso es... —jadeo —Me alegro tanto...

Mi hermana muerde su labio y ladea la cabeza —Fred me lo pidió ayer por la mañana. Metió el anillo en una Magdalena y me llevó el desayuno a la cama —hace una mueca —Casi me lo trago, pero fue precavido.

Río y comienzo a darle vueltas a la noticia. Mi hermana mayor se casa con el amor de su vida y yo aún sigo sin poder sentir algo por alguien.

Increíble.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Where stories live. Discover now