BESOS EN GUERRA (Terminada)

26. EL PASEO EN BARCO

–¡Si no quieres tener problemas conmigo ve diciéndome como se llama tu novia! –mi padre grita moviéndose por el Salón y suspiro.

Ya se ha enterado de toda la movida de anoche y Gordon está a punto de cancelar los negocios con él, y como era de esperar está hecho una furia e intentado que le de el nombre de Lana para "arreglar" el tema, a su manera.

Está claro que mi novia no lo hizo para nada bien, pero no la pienso exponer, así que mi padre está perdiendo el tiempo.

–Te he dicho que no tengo novia, papá –le digo tranquilo –Me lié con la chica, nada más.

–¡Lucas, no soy tonto! Dime de una maldita vez quien es tu novia.

Aprieto la mandíbula deseando que se calle y me cruzo de brazos.

Se pensará a lo mejor que se lo voy a decir...

–¿De verdad ves a mi hermano capaz de sentar cabeza y tener novia? –Olivia aparece por la puerta del jardín y se pone frente a mi padre.

–Tú no te metas, Olivia.

–¿Y por qué? –levanta una ceja –Papá, dejame darte un consejo... –pone una mano en su hombro –Mi hermano se lía con un montón de chicas. Si pretendes encontrar a la que le hizo eso a Gina, que por cierto se lo tenía merecido, estás perdiendo el tiempo.

Me río pasando una mano por mi pelo y le guiño un ojo a mi hermana, que me mira con una sonrisa cuando mi padre tapa sus ojos y bufa de frustración.

–¿Es Valentina? –pregunta este de repente.

Frunzo el ceño –Valentina y yo ya no estamos juntos, papá, os lo dije. A ver si te entra en la cabeza: Fui de fiesta, Bailé con alguien y nos liamos, punto. Ni siquiera le pregunté el nombre a la chica.

–¿Si ibas con Gina para que te lías con nadie?

Jadeo sin poder creerme lo que está diciendo y me dirijo a la entrado para coger mis llaves y largarme.

–¿Donde te crees que vas? ¡No hemos terminado! –grita.

–Papá, déjalo.

–¡Callate Olivia!

Me giro una vez más antes de salir y niego con la cabeza –No me vas a usar más para ninguna de tus mierdas. Si quieres llevarte la próxima vez tú a Gina o a su santo Padre de fiesta, adelante, pero a mí dejame en paz.

Cierro la puerta sin dejarle tiempo a reaccionar y bajo los escalones de casa más rápido de lo normal. Tengo que salir de aquí y poner mi cabeza en otra parte, porque sé que mi padre no se va a dar por vencido y ahora más que nunca tengo que tener cuidado, sobre todo por Lana. La pueden meter en un problema gordo.

Salto la valla del jardín trasero de los Miller y me encuentro a Julie metida en la piscina con Thomas, que está de risas con su novia.

–Os sugiero que no hagáis mucho ruido –llamo la atención de mi hermano y mi cuñada y sonrío –Lo digo porque mi padre está en casa.

Thomas sonríe –¿Que tal la charla?

Hago una mueca –Sigue insistiendo pero no pienso abrir la boca.

–¿Crees que se enterará de que fue mi hermana quien atacó a esa chica? –pregunta Julie, preocupada.

Niego con la cabeza –No voy a dejar que eso pase, por cierto, ¿Donde está?

–En la cocina preparando merienda.

Asiento y me dirijo hacia dentro dejando a los tortolitos a lo suyo.