43. DESPEDIDAS

4.5K 283 120
                                    

Lana.

Lucas me pasa el té mientras yo termino de hablar con mis amigas por teléfono, que acaban de irse de casa pero sólo para ir a por algo de comer. Insisten en traerme algo a mí pero ya les he dicho que no me entra ni un bocado, así que cuando las convenzo, cuelgo y llevo la taza a mis labios mientras veo al Vaquero de aquí para allá en la cocina de mi casa preparando café y Tila para todos.

Siento un vacío dentro que hace que el aire me falte. Estoy en ese punto del duelo en el que no sé si algún día superaré el hecho. Se supone que sí, que con el tiempo sanaré, pero mi Tata se ha ido sola y yo llevaré eso sobre mi conciencia, toda la vida.

—Tu padre me ha pedido un sandwich...—mi novio habla y salgo de mis pensamientos —¿Quieres uno tú también?

Niego y vuelvo a clavar los ojos en la taza  mientras oigo a Lucas suspirar pesadamente y preparar el sandwich

Velaremos a Luján después de comer, aquí en casa. Todavía es muy temprano, pero no he pegado ojo pensando que ayer la dejamos sola en el hospital y nos vinimos todos a casa. Mi padre me había intentado convencer de que allí no hacíamos nada si ni siquiera podíamos verla, y solo había conseguido convencerme dejando a Lucas quedarse en casa, el cual ha estado toda la noche en vela hablando conmigo e intentando subirme un poco el ánimo.

No sé como agradecérselo, porque nada es suficiente. Ahora mismo tiene unas ojeras enormes y lleva un pijama de manga larga que ha recogido antes en su casa porque dice que la falta de sueño le da frío.

Levanto la mirada de la taza y lo miro. Está de espaldas, trasteando mi cocina, con su pantalón gris ancho y su camisa de pijama larga de los Rolling.

—Lo siento, Lucas —digo.

Mi novio me mira por encima del hombro y frunce el ceño —¿Por qué?

—Pues por todo esto —chasqueo mi lengua y me levanto para llegar hasta él y abrazarlo desde atrás —Te he dado una noche de perros.

El Vaquero niega —¿Eres tonta? —se gira y me aparto mientras veo su ceño fruncirse —No digas tonterías, hazme el favor.

—Pero es que...

—Cállate, Lana —me apunta con el dedo y sonrío, cerrando mis ojos y dejando un casto beso en sus labios.

Es genial, porque no me ha dejado ni un solo segundo, solo para escaparse a fumar con su hermano con el cual ha tenido una conversación que lo ha dejado serio. Lo noté nada más verlo. Solo dice que Tom no lo entiende. Tampoco he insistido en que me cuente porque sé que no quiere hablar del tema.

Lucas está besando mi nariz, cuando alguien entra en la cocina y nos despegamos rápidamente uno del otro, viendo a mi padre con una mueca de desagrado en su cara y una taza vacía en sus manos.

Aprieto mis labios y miro a mi novio, que rasca la parte de atrás de su cabeza, nervioso. Y eso me hace sonreír porque a parte tiene la cara Roja como un tómate.

—¿Y mi sándwich, Dawson? —pregunta mi padre cruzándose de brazos.

Lucas abre la boca pero la cierra enseguida sin saber que decir, y se mueve nervioso hasta que da con el plato y lo coge, ofreciéndoselo a mi padre después.

A Richard Miller le encanta imponer a los demás, pero después es la persona más bromista del planeta, por eso sé que ahora está disfrutando con la situación. Además conozco esa cara.

—Le he puesto mucho jamón como me has dicho —titubea Lucas.

Mi padre asiente sin despegar la mirada de la de mi novio y yo ruedo los ojos, suspirando pesadamente.

BESOS EN GUERRA (Terminada)Where stories live. Discover now