cap 6

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Anya Volkod

Me encuentro en ese estado donde el mundo avanza, sigue y vive normalmente, mientras tú solo pareces hundirte, más y más.

Buscar algo a que aferrarse ya es innecesario, cuando ya pierdes la fe y la esperanza, no eres nada.

Porque ni tu misma puedes definirte, ni defenderte.

Que día es hoy, no sé, no lo recuerdo.

Acá entre estas paredes los enfermos, los "locos" solo empeoramos, yo no estoy loca o al menos no lo estaba al principio.

Sé con toda la seguridad, que lo vi si ocurrió, que lo que viví es real... que Dean es el asesino, pero nadie me cree.

Cuando hago el intento de decir lo que vi en aquella cabaña, ellos se acercan, con inyecciones tranquilizantes, con drogas para dormirme y así ahogar la verdad, drogas que cada vez logran distorsionar más mis recuerdos.

¿Yo tenía un hijo?

Sí, mi pequeño bebe aquí está conmigo, es mi único amigo.

A veces, tanto luchar contra la corriente... te cansa y terminas rindiéndote, porque la potencia de esta es más fuerte, tus brazos y piernas se cansan de ir contra ella, el agua te empuja a tu destino el cual será un sueño eterno.

Me rendí porque tenía miedo, porque la realidad es más aterradora de lo que alguna vez imagine y entre vivir con la ansiedad constante, con pesadillas que no me dejaban dormir; las que me mostraban mil formas de terminar igual o incluso peor que sus víctimas. De que me pueda encontrar y venir a terminar su trabajo, porque soy ese eslabón que ha quedado suelto, ese que debe acabar.

Me fui por el camino fácil, acá al menos estoy segura... o eso creo, refugie mi mente en esos calmantes, en mi pequeño hijo y en un mundo sin él.

Sí, los días pasan, la vida de los demás sigue, pero yo he decidido bajarme de ese tren y detenerme, aunque el tiempo avance, acá todo parece estar suspendido.

No sabes quién está peor que tú o quien está mejor.

Me mantengo callada, perdida y despreocupada, mi rutina consiste en dar vueltas en el patio del lugar, sentarme bajo un árbol y cantar canciones de cuna en mi mente.

Sé que mi madre está preocupada, pero cada vez que mostraba algún avance las dosis de medicamento aumentaban, entre fingir estar "enferma" y estarlo realmente, preferiría la primera opción.

Lo que me resulta extraño es que mi padre esté acá... después de tantos años anhelando que siquiera fuera a una presentación escolar, que al menos se sintiera orgulloso de mi rendimiento o de cualquier cosa que hacía para él, de las cuales nunca mostró interés, esta acá.

¿Por qué? De que sirve que me demuestre tanto amor y cariño ahora, es que tenía que estar en medio de la ruina para que ese instinto paternal se le activara. No, no me quiere, jamás lo hará.

Cuando conocer a un experto en el engaño, descubrir a un novato, u a cualquier otro es sumamente fácil.

Día por medio viene Edik o mi madre, me cuentan cosas que han hecho en el día, recuerdos de algunas vacaciones que tuvimos, u cualquier anécdota.

Los escucho mirando fijamente una pared, tengo padres presentes cuando ya estoy en el fondo del océano... duele ver como recapacitan y buscan sobre el agua extendiendo sus manos porque ya no estoy ahí.

Cuál es la razón que lo obligó a venir, que busca... necesito advertirle a ella.

Un doctor entra a examinarme, esta vez no está sola un joven la acompaña.

¿Realidad? (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora