cap 10

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Narra Geraldine Curie

Las clases en la universidad cada vez me consumían más tiempo llegaba a mi departamento muy cansada.

Siempre que puedo llamo a mi madre y le pregunto por Anya, como sigue si me permitirían visitarla un día.

Generalmente desvía el tema de la conversación, no quiere que vuelva a sufrir con el pasado, porque al fin estoy mostrando mejoras, las terapias el cambio de lugar, y Kenner han sido los responsables de mi avance, pero sin duda extraño a mi mejor amiga.

Dejo mi mochila en el sofá y me dirijo a la cocina, un aroma exquisito abre mi apetito, vivo sola, pero ya me hago una idea de quién es el responsable de que mi estómago ruja en protesta.

Kenner, está concentrado limpiando lo que ha ensuciado que no me oye entrar. Sonrió y lo abrazo por detrás.

—¿Ahora tengo un chef personal? —apoyo mi mejilla en su espalda.

—No sé si tan profesional, pero algo así.

Me aparto un poco para ver lo que ha preparado.

—Uh lasaña, ¿es vegetariana verdad?

—Sí, sería estúpido prepararte algo y que no lo cometieras — sonríe de lado.

Con todo lo que hemos pasado, es inevitable no poder sentir algo más hacia él. Pueden enojarse lo entiendo, pero uno jamás controlará sus sentimientos.

Le sonrió en respuesta y él rodea sus brazos en mi cintura, nuestras miradas se conectan, siempre es cuidado antes de besarme es habitual que espere, me da mi espacio, algunas veces he retrocedido, por confusión y miedo ante el cambio en la relación que teníamos como amigos.

—¿Está esperando una invitación señor Ruiz?—susurro cerca de sus labios.

Suelta una pequeña risa, y su sonrisa se amplía mirándome con diversión.

—Tal vez… ¿Cómo sería su invitación señorita Curie?

Muerdo mi mejilla y lo miro de la misma forma

—Me concedería en honor de probar sus labios…—mis mejillas arden y lo veo parpadear algo sorprendido, estoy a punto de alejarme o decir algo más por la vergüenza, tipo, nah si era broma.

Sin embargo, terminamos besándonos, es sincronizado y al mismo tiempo sensual, dejo leves mordidas en su labio inferior, en respuesta su mano se desliza por debajo de mi blusa, el tacto es suave y electrizante, despertando nuevas sensaciones.

La comida queda olvidada y el ritmo se incrementa, nuestras respiraciones se vuelven más aceleradas, mi mano recorre su pecho mientras él juega con el borde de mi brasier.

Hasta que de pronto parece recuperar la conciencia y comienza a alejarse.

Lo miro con algo de extrañeza, sus labios están ligeramente inflamados, agregándole un tono rojizo algo más intenso.

—¿Qué sucede?—mi voz tiembla un poco por los nervios y por la leve irregularidad en mi respiración.

—No quiero presionarte a hacer algo que no quieras—su mirada me trasmite sinceridad, hace un gesto como pensando que añadir o que ha olvidado—y tampoco quiero que sea así. 

—Kenner, yo—mi frase queda en el aire, ya que su radio comienza a sonar.

—Se solicita la presencia de todas las unidades cercanas al oeste de la ciudad, repórtense.

Él responde rápidamente y sonríe de lado.

—¿No se supone que te habían ascendido?—hago una mueca.

¿Realidad? (Libro 2)Where stories live. Discover now