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Joyce.

Resignación... sí, en ese punto de mi vida estaba. Ya no valía la pena arrepentirme, odiar me, ni lamentar nada. Los errores ya estaban hechos y ni aunque me lamentara por años los podría cambiar.

La vida dentro de la cárcel, no era muy distinta a la que tenía fuera de esta. Siempre encerrado, tras cuatro paredes invisibles, la Soledad, el odio, los traumas y el abandono. Solo que ahora eran de concreto, más un corazón roto...

Soportaba las miradas y en más de una ocasión tuve que defenderme en peleas entre los que estamos condenados. Porque tienes dos opciones, cazador o presa. Claramente la primera es la mejor.

Los minutos parecían horas... horas en las cuales mi mente solo se volvía una tormenta de emociones, rabia y dolor. Con un nombre, y preguntas constantes, Geraldine... ¿has podido continuar sin mí?
¿Te duele respirar cada vez que me recuerdas? ¿ lograste entenderme... has podido ser feliz?

Un mes y yo aún seguía esperando que apareciera. Que un día de estos viniera... aunque me mirara con odio. No importaría, porque estaría cerca, solo pedía unos segundos... Dios como la extrañaba.

Sin embargo, con cada vez, perdía más esperanza, como podría querer a ver al maldito que le había cambiando el mundo en 360°. Él que un día la llevo al cielo y luego la dejo caer al infierno sin aviso. Sin reparos... era evidente que no vendría. Pero a veces esa mínima esperanza era lo único que me mantenía de pie.

Estaba perdidamente enamorado... y me había dado cuenta demasiado tarde.

Ahora que no podía hacer nada, quería escuchar su risa y su voz. Ver esa melena anaranjada y esas pequeñitas en su cara, pero no había nada más que Soledad.

Esa sería mi eterna y única compañía.

Mantengo mi vista pegada en el techo, hay distintas rayas y símbolos religiosos, insultos, frases, etc. Los mismos que ya me sabía de memoria.

-Joyce S. Tienes visita- Informa en guardia de turno.

Durante este tiempo, nadie me había visitado, yo no era importante y estaba solo. Era el " asesino " más grande en la historia de Francia y el mundo. No tenía familia, ni muchos menos amigos, ¿le importaba a alguien?, No.

Mi corazón comenzó a latir más rápido, ridículamente estaba emocionado y esa esperanza cobró fuerza mientras me guiaban esposado y resguardo con cinco policías más, para evitar cualquier intento de escape.

¿Podría ser ella?

Dean no daba señales de vida desde que entre aquí, era yo contra el mundo. Bueno Siempre había sido así... pero nunca lo supe hasta ese maldito momento en el que lo perdí todo.

Después de cumplir con todos los protocolos, me permiten entrar a una sala privada. Estaba siendo vigilado, pero esta no era la de visitas, sino la de interrogatorios.

Y vaya que me lleve una sorpresa.
...

Narrador omnisciente.

Mientras Joyce era llevado a la sala de interrogatorios... y Geraldine se despedía de su nuevo amigo.

Anya seguía en "coma" después de ese "accidente" su madre cada día la acompañaba, se negaba a perder la esperanza, ya le había fallado mucho y la culpa la obligaba a estar ahí, ¿cómo no se había dado cuenta, su hija embarazada?, ¿Por qué había ido al bosque, justo a las afueras de la ciudad? Quién le había disparado, eso aún no lo podía saber, debido a su estado.

Estaba ansiosa y preocupada, cada día que pasaba Anya parecía empeorar, no daba señales, los estudios tampoco eran muy útiles y solo le quedaba esperar.

¿Realidad? (Libro 2)Where stories live. Discover now