Cap 25

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Narra Geraldine Curie.

Horas antes.

Habíamos llegado con Joyce a New York, fuimos a la "casa" de su padre, la cual era una imponente mansión.

-Es probable que no esté, se lo pasa viajando, pero es un lugar  muy seguro, apenas rescatemos a Anya volveré, mi hermano viene acá con Abel es muy cercano a ella.

Esas fueron sus palabras mientras entrábamos a la casa.

-Las personas de aquí estarán disponibles para lo que tú quieras, y por favor evita salir mientras yo no estoy- beso mi frente y salió rápidamente cuando recibió una llamada.

Comence a recorrer el lugar, el lujo estaba presente en cada parte de este, las pinturas, figuras y muebles.

Me sentía fuera de mi zona de confort, pero esta era la vida que había elegido, no podía dar pie atrás. Bostece, el viaje me había dejado agotada, busque a alguien con la mirada, quería saber dónde estaban las habitaciones para poder dormir un poco.

Como no encontré a nadie así que comencé a subir las escaleras, el pasillo era grande, y habían demasiadas puertas. Estaba apuntó de abrir una de estas para ver si era un dormitorio.

-¿Qué haces aquí?- una voz madura cuestiono, mi vista se tomó con un traje oscuro, echo a medida.

Alce mi mirada y respondí.

-Eh... Estaba buscando un dormitorio- respondí nerviosa, era un hombre de unos 40 años, su pelo era de color castaño, los ojos grises igual que Joyce, sus rasgos definidos, el parecido a Joyce y Elliox era evidente, una versión más madura de ellos e igual de atractivo para alguien de su edad, así que deduje que era su padre.

-¿Y tú eres dijó ?- dijo cortante, me miró de pies a cabeza estudiando quien era yo.

-Geraldine Curie, vine con Joyce...- sonreí leve.

Asintió.

-Asi que eres tu su chica, un gusto conocerte al fin- tomo mi mano y dejo un beso en el dorso de esta- ¿Dónde está Joyce?- sonrió de lado.

-Igualmente señor, Joyce acaba de salir- le devolví el gesto.

-Ni siquiera pudo saludar a su padre- negó, el acento italiano era muy notorio en su voz- Los dormitorios están hacia la izquierda, el de Joyce es el que esta al final del pasillo, tiene una de las mejores vistas, supongo que te quedarás con él- me miro fijamente a los ojos, tanto que su mirada me puso nerviosa, asentí rápidamente.

-Gracias, ¿señor?

-Tiziano Leroux, De nada y bienvenida a casa, nos vemos luego- dijo afable y paso por mi lado.

...

Apenas entre a la habitación mi celular comenzó a sonar.

-Hola

-Anya, ¿Dónde estas?- La voz de Kenner sonó al otro lado de la línea.

Me quedé sorprendida unos segundos.

-¿Me escuchas?- inquirió preocupado.

-Sí, estoy bueno no puedo decirte dónde estoy- suspire leve.

-Sé que estás en Italia, estoy en el mismo pueblo que tú, no quiero que termines tras las rejas...así que si por tu bien es mejor que te alejes de ahí. Adiós- colgó.

El pánico me hizo imaginar un montón de cosas, los nervios me invadieron por completo y no razone.

Baje corriendo las escaleras.

¿Realidad? (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora