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(Chic@s, el de la foto es Kenner u.u, pero obviamente Joyce es más cool jajsks)

Joyce

Estaba de vuelta en mi celda, me había enterado de muchas cosas y ninguna era alentadora.

Como ya lo había dicho una vez, el mundo te olvida fácil, continúan sin ti como si nada hubiera pasado.

Quizás era el modo más fácil de seguir, fingir que nada a pasado y dejar los recuerdos atrás.

Kenner Ruiz... su nombre se repetía una y otra vez en mi mente, quien era realmente, como era. Pensarlo me daba intriga e impotencia.

Geraldine, me estaba olvidando, de que me servía luchar.

—Ruiz, podrías pasar a firmar los papeles—informa un guardia de turno.

Y ahí estaba en el monto justo, un chico alto, cuerpo definido, cabello castaño oscuro y ojos claros, tez algo Morena.

Entonces pude entender lo todo. Él tenía un mundo de posibilidades, de sueños, seguridad y calma.

Yo en cambio, nunca había podido ser libre, mi vida se basaba en escuchar y obedecer, tenía inestabilidad y dolor. En simples palabras éramos todo lo contrario.

Él era la luz y yo una tormenta, lo envidiaba y me odiaba a mi mismo por no poder dejar el infierno en el que me encontraba, siempre sería una presa más del demonio.

No tenía nada bueno para Geraldine y aunque la amara eso no sería suficiente, porque inevitablemente siempre la lastimaría, yo no, pero mi entorno sí.

Estaba hablando con el guardia y noté su semblante algo decaído.

¿Qué le habrá pasado? ¿Su intento de conquistar a Geraldine fracasó?

Paso frente a mi celda y luego se va.

Me estaba rindiendo...

...


Dean

Los jóvenes creen que el dinero lo es todo, dicen cuando ya eres mayor lo compruebas, puede que no te de una vida completamente feliz, pero muchos lo desean, sin embargo, pocos lo poseen.

Este mismo poder me permitió arreglarlo todo, porque la corrupción siempre será parte de la sociedad, al menos en mi punto de vista.

Una persona "buena" siempre se puede tentar con el mal, solo basta buscar el incentivo adecuado.

Así que debido a esto estaba tranquilo, por ahora todo estaba resultado bien, Anya había despertado, eso me lo había confirmado su doctor.

Que les dije un poco de dinero y ya es parte de mi juego.

—¿Me ha mencionado?

—Claro que sí, apenas despertó no hacía otra cosa que mencionar su nombre.

Curvo mis labios en una ligera sonrisa.

—Le dirás a su madre lo que acordamos

—Sí, lo tengo claro. En un mes la enviaremos al hospital psiquiátrico.

¿Realidad? (Libro 2)Where stories live. Discover now