Cap 23

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Narra Edik Volkod.

Desperte desorientado, mi mejilla tenía un intenso dolor.

Mire el lugar y no lo reconocí, era como una bodega o algo así, había un montón de cajas apiladas, hay poca claridad, y ni siquiera intento levantarme.

De pronto todas las luces se encienden lo cual me ciega por unos segundos, cuando finalmente mis ojos se acostumbran veo a un hombre relativamente joven de unos 19 u 20 años, pero el traje que llevaba lo hacía lucir imponente, me recordó a mí cuando yo tenía esa edad, era alguien engreído que creía que tenía el mundo bajo sus pies, las gafas en sus ojos eran oscuras y no me permitían verlos directamente. Piel bronceada y leves ondas en su cabello castaño.

No era Dean.

-Con que tu eres Edik Volkod-se toma un tiempo antes de continuar- sinceramente pensé que eras mejor.

Toma asiento en una de las cajas.

-Realmente hiciste enfadar a los chicos, pensaste que eran los inútiles que trabajan con Dean.

Solo podía observarlo, hablar dolia demasiado y ni siquiera podía abrir bien mi boca el solo echo en intentarlo era una tortura.

-¿Esperabas salirte con la tuya?, lastima que no todo resulta -fingio un suspiro de lamento - menos cuando bueno... hay pruebas de que no has sido alguien tan bueno Edik- una sonrisa amplia apareció en su rostro y se levantó con gracia, caminando hacia mí.

Tira unas fotos al piso, justo al frente para que las pueda ver con claridad.

-Todo un Sugar daddy señor Volkod.

No sabía que pensar, en las fotos salía mi exs novias, incluyendo la más actual, jóvenes entre unos 19 a 24 años y yo, algunas en restaurantes, mall, playa u hoteles...

-Me gustaría preguntarte, ¿Edik que diría tu esposa al saber que le has sido infel toda su vida?- paso la mano por su pelo.

Sin percartarme había estado conteniendo la respiración ante su pregunta y quise darle una patada en la entre pierna cuando respondió eso,¿quién era y por qué se había metido en mi vida?, ¿dónde estaba Zelinda?, no han buscado y no sé cuántos días u horas llevo aquí.

-Te dejaré irte, pero a cambio llévale un mensaje a Dean de mi parte-encendió un cigarro y lo llevo a su boca- sus demonios lo andan rondando.

...

Estaba caminando por el bosque, aunque el frío calaba mis huesos no me detendría, mis pies se arrastraban debido el cansancio, me habían dejado libre, sin embargo, me encontraba en medio de la nada.

A la distancia pude distinguir las luces de una carretera, se veía demasiado lejos, pero no me rendiría... mi brazo prácticamente herido prácticamente no lo sentía,tenía miedo de moverlo y ver que no reaccionara, quería imaginar que estaba bien.

Pronto los copos de nieve comenzaron a caer, mis piernas ya no querían responder, una luz parecía acercarse, empecé a ser hacerle señales, no estaba seguro si era algo real o somos mi imaginación, debía intentarlo.

-¿Esta bien?-inquiere alguien acercándose.

Lo único que hago es mover mi cabeza de lado a lado negando.

-Dios mío...- murmura asombrada ante mi aspecto, es una mujer de unos 40 años aprox- venga lo llevaré al hospital de inmediato-toma mi brazo con cuidado y me guía hasta el auto.

Me abrió la puerta trasera, dejándome recostado en los asientos, subió y comenzó a preguntarme cosas.

-¿Como se llama?-dijo arrancado el auto.

¿Realidad? (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora