Cap 22

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Narrador omnisciente.

-Amor, ¿a qué hora es tu reunión con los inversionistas?- pregunta Edik Volkod desde la cocina.

Simplemente, a Zelinda le asqueaba escucharlo, ahora sabía todo, Edik estaba con ella simplemente por sus empresas habían quebrado, su amante (cabe recalcar que por ella, se había divorciado) le quitó todo su dinero y cuando vio que no tenía nada más lo dejo. Y ahora él pretendía hacerle eso a Zelinda.

-No lo recuerdo, le diré a mi secretaria que la reprograme- se limitó a decir intentado no demostrar su enojo, cosa que últimamente se le hacía muy difícil.

-¿Por qué?, esos inversionistas son demasiado importantes.

-Tengo otras cosas que hacer, ¿irás a ver a Anya?

-Ehh me llamo un colega debo estar en una reunión, no creo que alcance a ir...- y como siempre sacaba escusas para no ir a ver a su hija.

-Entiendo, bueno supongo que nos vemos en la noche- le sonrió levemente antes de irse.

-¿Y mi beso?-cuestiono él sonriendo.

Definitivamente, admiraba lo descarado que era. fingió su mejor sonrisa y se lo dio.

-Que tengas un buen día.

-Igual tú, te quiero - mintió y por fin logro salir de la casa.

...

Edik finalmente llego a la oficina de la empresa, ya tenía la cantidad necesaria para poder largarse y dejar a su esposa en la ruina recuperaría todo su imperio y sobre todo lo demás, haría pensar a Zelinda que había sido un robo.

Y en el momento preciso unos hombre armados y con el rostro cubierto por pasa montañas. Sus armas lo apuntaban, los guardias no estaban, ya que habían elegido el horario más vulnerable del edificio.

-¡Entréganos todo el puto dinero!-Exigió el que parecía ser el líder,el arma lo apuntaba directamente a la cabeza.

-¡Yo no soy el dueño... no sé las claves!- respondio con voz temblorosa.

-¡Que nos des el maldito dinero o disparo!-Rugió.

-No puedo- las lagrimas falsas caían por sus mejillas y se sorprendió por lo buen actor que era.

Sin embargo, se sorprendió al oír el sonido del disparó y como esta le impactó en el brazo izquierdo.

¿Herirlo así era parte del plan?, de esta manera sería más creíble, pero el acuerdo era solo recibir golpes, la sangre comenzó a brotar rápidamente, haciendo que se apagara a su piel, el dolor no era tan insoportable pero sin duda molestaba, apretó la zona afectada de su brazo con su mano derecha en un intento de detener la hemorragia.

De seguro le habían dado en alguna arteria, ya que la sangre salía sin parar.

-Esta bien, lo haré - se acercó rápidamente al computador de la oficina, y comenzó a meterse en la cuenta bancaria de su esposa, transfiriendo todo mientras la punta del arma se apoyaba directamente, en su sien.

-Rápido- dijo ejerciendo más presión.

Trago duro, y cuando lleno los datos que le entrego uno de los compañeros del hombre, se atrevió a responder.

-Listo..- su brazo herido le molestaba, casi lo sentía dormido.

-También el tuyo- ordenó.

¿Qué? Esto no era parte del plan.

-¿Cómo?-preguntó incrédulo.

Los demás se paseaban en la oficina buscando alguna caja fuerte y otras cosas de valor, estaba todo echo un caos.

¿Realidad? (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora