❇CAPÍTULO 11

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Min salió del baño y se recostó en la puerta tras cerrarla. No tenía la menor idea de que seguía ahora con su vida.

Podría culpar a su lobo, pero la verdad es que este no tenia nada que ver, el había actuado porque quería. Lo único que había hecho a petición de su alfa fueron las caricias en el rostro al final, y él también las había disfrutado.

Ahora, tras haber obtenido el primer orgasmo de su destinado, estaba duro y confundido en pleno pasillo. ¿No se suponía que odiaba a los omegas hombres? ¿Entonces por qué carajo se había sentido tal bien masturbando la erección del otro? Era disparatado.

Se sentía gay y perdido, como cuando su hermana le enseñó aquel vídeo del parto de una vaca. O como cuando leyó el final de Fairy Tail y descubrió que Natsu y Lucy no se hacían pareja. O cuando se enteró que el TinCan no era real en la primera temporada.

Así de perdido estaba.

Esperó con su cara de amargado que el omega saliera, y cuando este lo hizo, ni siquiera lo volteo a ver antes de salir caminando.

—¿Tomaste las pastillas que te dejé?

—Nop.

Min dio un sonoro portazo una vez que estuvieron en el auto y esperó que el rubio subiera. Jimin lo hizo, sin parecer ni un poco culpable o mínimamente preocupado.

Yoongi tragó el nudo en su garganta y gruñó. —Ponte el jodido cinturón, Park.

—Nop. Si quieres puedes ponermelo tu.

—No me responsabilizo si sales disparado por el cristal frontal en algún momento. —amenazó al encender el auto.

—No estamos enlazados, pero aun así es muy probable que mueras también. —convino Jimin. —Como crecimos juntos, lo niegues o no, estás acostumbrado a mi presencia. Si yo muriera, tu alfa seguro se deja morir.

—Si marco a alguien más estoy seguro de que no me pasara nada.

El omega se quedó mirándolo sin entender.

Yoongi volteó a mirarlo asustado cuando sintió un agudo quejido proveniente del otro. Jimin estaba haciendo uno de sus pucheros y con sus ojitos cristalizados.

—¿V-vas a marcar a otro después de to-tocarme a mi? —preguntó entre hipidos.

Tratar con el omega de Jimin era más difícil de lo que imaginó. Detuvo el auto al borde del camino, e intentó recordar todo lo que le explicó su madre sobre omegas sensibles y llorosos.

—Lo siento, no quise decirlo así. Jimin yo....

—¡Soy Minnie! —estalló el rubio. —Jimin es mi humano ¿Ni siquiera sabes con quien estas hablando?

-Por supuesto que lo sé. Sé que estoy hablando con el omega, si estuviera hablando con el humano ya tuviera un ojo morado por haberlo tocado.

—¿No te agrada mi humano?

A cada pregunta los llantos del omega se hacían mas agudos, y Yoongi juraba que iba a volverse loco.

Cerró todas las ventanas del auto y comenzó a segregar su aroma para calmar al lobo del otro.

—Yo nunca he odiado a tu humano Minnie. —dijo acariciando suavemente la esponjosa y suave mejilla mojada —Es solo que no sé como comportarme cuando él está cerca. Me confunde mucho.

—Eso es porque es tu destinado, tonto alfa.

—Ahora lo sé. —sonrió. —Pero hace unos meses atrás no podía ni verlo sin querer golpearlo. —acarició la marcada mandíbula y dirigió su mano a la nuca, los omegas eran muy sensibles en esta zona, seguramente se relajaría con eso. Sonrió cuando sintió el pequeño estremecimiento del menor. —Cuando tocaba su piel era como recibir una descarga eléctrica, se sentía incorrecto para mi que me gustara tanto tocar a otro alfa. Así que me dije que a lo mejor era porque no me agradabas, buscaba cualquier pretexto y te tocaba mientras discutíamos.

Skin to Skin. ©YoonMin Where stories live. Discover now