❇CAPÍTULO 4

21.4K 3.1K 1.7K
                                    

La llegada de octubre trajo consigo el esperado cumpleaños de Jimin.

Por supuesto, Jimin era hijo de dos empresarios, el CEO de una agencia de modelaje y la mas reconocida planificadora de eventos en Seul. La fiesta de sus veinte sería todo un espectáculo y, sin dudas, de los eventos mas comentados del año.

Solo que él no encontraba motivos para celebrar.

Había llegado oficialmente al límite. Se conocían menos de 100 casos en toda la historia de personas que habían presentado después de 20 años. No tenía que esperar más para conocer su naturaleza. Era un simple beta. Nada de misterios o sorpresa para él.

Un beta.

La definición de ser insípido y pueril. (Con el mayor respeto a los betas, claro)

—Buenos días, Jiminnie. —chilló Rosé, abriéndose paso a su habitación. —¿Qué haces sin vestirte aún? La fiesta empieza pronto.

Rosé, su hermana mayor, una omega tan perfecta como nadie, con un cabello hermoso color miel, una figura estilizada y los labios carnosos que ambos heredaron de su madre.
Mejor amiga de la hermana de Yoongi y con novia oficial desde hace 3 años.

Para Jimin, la vida de su hermana era perfecta, y jodidamente lo era.

—No quiero bajar. —gimoteó él, dándose la vuelta para acurrucarse en su miseria.

—Vamos enano, papá y mamá organizaron una fiesta enorme para ti. Todo es plateado y sobrio, como querías.

—Yo solo quería que mi fiesta no se pareciera a la vagina de Nicki Minaj.

—Pues no lo parece. —dijo la chica golpeando suavemente su cabeza, desordenando un poco su cabello. —Ahora baja, ya empezaron a llegar invitados y nuestros padres quieren irse a su cena ya. Además, Jin está loco por hablarte.

La omega salió de la habitación, dejando a Jimin hundirse en su miseria.

Dios, 20 años esperando para nada. Ahora todos los sueños que había querido para su vida quedaban atrás. Adiós a su matrimonio con TaeHyung o sus cachorros. Tendría que buscarse a un beta, y siendo hombre los dos no podría tener hijos. Las chicas nunca fueron opción.

Todo se arruinó.

Hasta su enemistad con Yoongi terminaría, dando paso seguro a la indiferencia total.

Calma Jimin, tienes toda la vida para llorar por tu mala suerte.

Ahora había que bajar y ser amable con todos, sonreír y decirle a todo el mundo que, sí, Park Jimin era un simple beta.

La fiesta de cumpleaños comenzó a las 6 de la tarde y, para cuando dieron las 11, Jimin no estaba borracho, pero deseaba estarlo y mucho.

Había soportado desde temprano el cuchicheo de todos sobre su  naturaleza beta. Había soportado que su primo SeokJin llorara en su hombro por media hora por él y por lo infeliz que sería. Había tolerado toda la noche las mmiraditas que le echaron algunos alfas, había aguantado a JungKook y su cantaleta sin fin sobre los beneficios de ser un beta (al parecer tenía preparada una tesis sobre el tema).

Pero lo peor de todo, había soportado la ausencia de su vecino/enemigo.

Era ridículo negarlo. Ya había comenzado la indiferencia total.
Si Yoongi le pegara a él, siendo un beta, podría tomarse como abuso del poder jerárquico. Yoongi no tendría motivos para acercarse a él si no discutían, así que simplemente, no se acercaría más.

Un nudo se enredó en su estómago.

Pese a que siempre quiso la indiferencia de Yoongi, la idea de comenzar a sufrirla no le gustó.

Skin to Skin. ©YoonMin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora