Gilbert Blythe y Elizabeth Black, eran totalmente diferentes. Él sonreía, y ella hacía muecas. Él era amado por casi todos, ella era temida por casi todos.
Beth era muchas cosas, a decir verdad. Era bonita, inteligente, talentosa, algo rara, seria...
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Omnisciente
DIANA SE ENCONTRABA DORMIDA AL LADO DE SU HERMANA MIENTRAS LA ABRAZABA, Anne estaba dormida recargada en la cama y Beth estaba dormida en un sillón que había en la habitación.
—Esas dos niñas son muy inteligentes —les dijo el doctor a Matthew, Timothée y a Josephine.
—Debo admitir, tienen una entereza —dijo Josephine mientras veían como todos dormían tranquilamente en la habitación de Minnie May—, bastante inusual en personas de su edad.
—Bueno, llevaré a Anne a casa.
—Si, y yo a Beth —dijo Timothée.
El chico se acercó a su hermana y le regaló una suave caricia en la mejilla.
—Vamos a casa, Beth —le dijo.
Beth asintió levemente mientras se tallaba los ojos y se levantó. Los dos hermanos salieron y subieron al caballo del mayor.
ℬ𝑒𝓉𝒽
Ya había amanecido. Beth iba sentada enfrente de su hermano, que era quien manejaba el caballo.
—Timmy, abuelo, ¿no es una mañana hermosa? —dijo Beth.
—Si, Beth. Si lo es —le dijo su hermano.
Beth recargó su cabeza en el hombro de su hermano.
—Espera a que mamá y papá sepan lo que hiciste —dijo Timothée, con una sonrisa.
Se extrañó al no recibir respuesta, por lo que volteo a ver a su hermana. Beth se había dormido.
Timothée sonrío y recargo su mejilla en la cabeza de su hermana.
ℬ𝑒𝓉𝒽
Gilbert estaba sentado en una silla que se encontraba al lado de la cama de su padre. Se encontraba haciendo sus deberes.
—¿Sabes que? Yo...
—¿Te puedo traer algo?
John le hizo una seña a su hijo para que se relajara. Indicándole que no necesitaba nada.
—¿Sabes... que fue lo mejor de enfermarme? —dijo John, mientras que la mujer que ayudaba a Gilbert a cuidarlo, entraba a la habitación—. Volver a viajar al oeste.
