Gilbert Blythe y Elizabeth Black, eran totalmente diferentes. Él sonreía, y ella hacía muecas. Él era amado por casi todos, ella era temida por casi todos.
Beth era muchas cosas, a decir verdad. Era bonita, inteligente, talentosa, algo rara, seria...
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Omnisciente
BASH ENTRÓ EMOCIONADO A SU CASA. Sonrió ampliamente al ver a Gilbert sentado en la mesa.
—Veo que el paseo de Delphine fue bueno —dijo Gilbert, divertido, al ver la emoción de su amigo.
—Venía de regreso cuando vi un carruaje. Y adivina quienes iban.
Gilbert vio a su amigo por unos segundos, intentado adivinar la respuesta a través de su expresión.
Abrió los ojos como platos al descubrir la respuesta.
—No —dijo el castaño, mientras se levantaba.
—Si —confirmó el hombre—. Beth y Klaus se dirigían su casa. No me vieron porque creo que se estaban peleando. Parecía que Beth quería tirarlo del carruaje.
Gilbert sonrió ampliamente y salió corriendo de su casa.
ℬ𝑒𝓉𝒽
Beth miró a su familia con una sonrisa.
—Bueno, también estoy muy feliz de verlos. Y también los he extrañado mucho... y todas esas estupideces cursis. Pero... tengo dos mejores amigas y un novio a los cuales saludar, así que... me voy.
Antes de que pudieran decirle algo, la chica salió corriendo.
La rubia corría por el bosque.
De pronto, vio a Gilbert que al parecer se dirigía a la Mansión Black.
Ninguno de los dos se detuvo
Beth abrazó al chico por el cuello, Gilbert puso una de sus manos en la espalda de Beth y la otra en su mejilla, y ambos se besaron. Gilbert quitó su mano de la mejilla de Beth y la puso en su nuca, pegándola aún más.
Cuando se separaron, Gilbert soltó un suspiro
—Te he extrañado tanto —le dijo, mientras pegaba su frente a la de Beth
