Gilbert Blythe y Elizabeth Black, eran totalmente diferentes. Él sonreía, y ella hacía muecas. Él era amado por casi todos, ella era temida por casi todos.
Beth era muchas cosas, a decir verdad. Era bonita, inteligente, talentosa, algo rara, seria...
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Omnisciente
—¡ABUELA! —exclamaron Timothée, Emma, Tom y Venus mientras corrían a abrazar a la mujer.
La mujer rió mientras recibía el abrazó de sus nietos. Narcissa y Theodore venían atrás con Sunny y Gilbert.
—Hola, mamá —saludó Narcissa, mientras abrazaba a la mujer—. ¿Donde están mis hijos?
—En el ático, jugando.
Después de terminar de saludar, toda la familia (la abuela y Gilbert incluidos) subieron las múltiples escaleras.
Cuando entraron, vieron a Beth al lado de unas palancas. Voltearon y vieron a Klaus amarrado a una silla eléctrica.
—¿A que juegan? —les preguntó Theodore.
—Un juego que inventé —dijo Beth—. Se llama: "¿Hay un Dios?". ¿Listo, Klaus?
Klaus levantó su pulgar y Beth bajó la palanca.
Beth sonrió ampliamente mientras miraba como su hermano se electrocutaba.
—Suficiente, Beth, vengan a saludarnos —les dijo su madre, después de unos segundos.
Beth subió las palancas, apagando la silla eléctrica.
Se acercó a Klaus y comenzó a quitarle las correas de cuero que lo mantenían amarrado a la silla.
Klaus se levantó con el cabello apuntando a todas direcciones.
Saludaron a su familia y a Gilbert.
—Beth, Klaus, ¿por que no le enseñan el lugar a Gilbert? —les dijo su abuela.
Ambos asintieron.
Beth tomó a Gilbert del brazo y lo arrastró escaleras abajo con Klaus siguiéndolos.
—La casa es aburrida —dijo la rubia, mientras caminaba a la puerta trasera. Antes de abrirla, se volteó y los miró con una sonrisa—. El cementerio es lo interesante.
Abrió la puerta y salió.
Gilbert y Klaus se miraron y la siguieron.
Beth caminaba por el cementerio. La mayoría de las lápidas tenían estatuas arriba.
—El tío Jake —dijo Beth, señalando una estatua a la que le faltaban las extremidades—. Fue desmembrado debido a que fue pisoteado por caballos —dijo—. ¡Hola, tío! —saludó, mientras agitaba su mano en forma de saludo.
El hombre volteó y la saludó con la mano y una sonrisa en su rostro.
