𝒞𝓊𝒶𝓇𝑒𝓃𝓉𝒶 𝓎 𝒸𝒾𝓃𝒸𝑜

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𝔗𝔥𝔦𝔰 𝔦𝔰 𝔪𝔶 𝔣𝔞𝔲𝔩𝔱

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𝔗𝔥𝔦𝔰 𝔦𝔰 𝔪𝔶 𝔣𝔞𝔲𝔩𝔱

Omnisciente

BETH SE PUSO SU DIADEMA, TOMÓ SUS COSAS Y BAJÓ CORRIENDO LAS ESCALERAS. Se dirigió al mueble en la entrada y tomó su sombrero y mochila de cuero negro, la cual se colgó cruzada, y se dirigió al comedor.

—Desayunaré en el camino —aviso, mientras tomaba su mochila de cuero negro.

—¿A que se debe tanta prisa? —preguntó Theodore, mientras su hija de en medio tomaba una fresa.

—Me encontraré con Anne en el camino, tenemos que hacer cosas del periódico. ¿Vienes, Klaus?

—No. Iré con Gilbert —dijo—. ¿No quieres venir con nosotros? —le dijo con una sonrisa.

Beth se le quedó viendo a su hermano, pareció pensarlo.

—No —se apresuró a decir—. Obviamente no. En especial después de ayer —murmuró, recordando la clara indirecta que le había dado a Gilbert de que él le gustaba.

—¿Que pasó ayer? —preguntó Tom.

—¡Nada! —se apresuró a decir—. Bueno, de todo. Fue un gran día, ¿no? Bueno, me voy. No quiero hacer a Anne esperar. Nos vemos en la tarde.

Después, la chica se dirigió a la salida.

—Tu sabes algo —le dijo Narcissa a su quinto hijo.

—Sí —confirmó el chico.

—¿Y no nos dirás? —le dijo su padre.

—Por lealtad a mi hermana y aprecio a mi vida, no —dijo el chico.

Narcissa miró a Timothée.

—¿Estas bien, Timmy? Pareces cansado.

—Me quede hasta tarde leyendo —explicó el chico, que tenía el cabello completamente alborotado.

Bueno, no era mentira del todo.

Narcissa y Ted ahogaron un grito.

—¡Tú también sabes algo! —dijeron a la vez.

El chico, que seguía en pijama, frunció el ceño.

—¿Sobre que?

—Sobre el comportamiento de Lo —le dijo Ted.

—Ah —dijo—. Sí, sí lo sé. Y no se los dire.

—¡Timmy! —le dijo Narcissa.

—Si su vida corriera peligro... o bueno, más bien la de alguien más, se los diría. Pero no es así. Así que... es un secreto entre hermanos.

—¡¿Tienen secretos sin nosotros?! —preguntó Emma, ofendida.

—Sí —dijeron Timothée, Klaus y Venus a la vez.

ℰ𝓁𝒾𝓏𝒶𝒷𝑒𝓉𝒽//𝒢𝒾𝓁𝒷𝑒𝓇𝓉 ℬ𝓁𝓎𝓉𝒽𝑒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora