Capítulo veinte

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"Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez".

Descartes

Pensé que mi relación con Aarón sería distante, pero no. El ocultar secretos, extrañamente, nos unió. Por alguna razón, pensó que lo comprendía más, por el simple hecho de esconder parte de mí.

Después de todo, encajaba más en el pueblo, de lo que todos hubieran pensando.

Era viernes y nos encontrábamos en la galería, era la presentación de las fotografías finales del curso. Todos estaban ahí, hasta alguien a quien no pensaba encontrar, Max Carraza.

¿Qué diablos hacía en ese lugar, si se notaba que no apoyaba a su hermano?

Lucía de lo más relajado, bebía vino tinto y reía junto a las chicas de mi clase, quienes no paraban de coquetear con él. Se notaba que disfrutaba de la atención.

Sólo vi como Enzo rodeó los ojos y se alejó para platicar, con el que supuse, era el dueño de la galería.

Aarón y yo veíamos las fotografías de los demás. Eran lo bastante buenas, y se notaba el progreso que habían tenido a lo largo del curso.

Admirábamos nuestras fotografías

El menor de los hermanos Martínez Enciso, optó por tomar una foto de sus padres atendiendo el puesto, yo estaba indecisa, pero elegí una foto de una mujer en la iglesia, mientras oraba. Se notaba desesperación en su mirada, y tenía fe en que alguien divino, escuchaba sobre sus problemas, al fondo se lograba ver un santo y los vitrales de la iglesia, con la edición, quedó bastante bien.

—Te quedó perfecta la fotografía.

—Gracias. Por algo te dije que entráramos a la iglesia.

—Tu sentido arácnido fotográfico te lo dijo

—Así es—reí

Además sirvió para descubrir que nos espiaban a Laura y a mí aquella noche.

Enzo se acercó a nosotros, junto con el dueño de la galería.

—Hola Olivia—me saludó muy sonriente, seguramente eran los efectos del alcohol, ya que llevaba varias copas de vino—me gustaría presentarte al dueño de la galería.

—Paulo Sánchez—extendió la mano para que la estrechara.

—Mucho gusto—la estreché—Olivia Narváez.

— ¿Es la misma Olivia de la que me platicaste?—le preguntó a Enzo

Él asintió

—Quedó baste impresionado con tu trabajo—se dirigió a mí

—Tu trabajo es como el de una profesional.

—Gracias, pero soy solo una aprendiz.

Entonces me di cuenta que Enzo había estado omitiendo a Aarón en la plática, así que lo involucré.

—Él es Aarón

—Mucho gusto—estrechó su mano con el dueño

— ¿Tu novio? Es un placer conocerte. Ella es una chica muy talentosa, cuídala mucho

Aarón y yo reímos y noté una chispa de celos en Enzo.

—No son novios—comentó Enzo y le dio un sorbo a su bebida—él estuvo también en mi clase, son sólo amigos—expresó lo último con repulsión

Aarón se dio cuenta, apretó la mandíbula y el puño, lo tomé del brazo y negué con la cabeza.

—Es mi mejor amigo y ya vio su fotografía, también es bueno—desvié la conversación—Si nos disculpan, queremos seguir viendo las fotografías de nuestros compañeros—jalé a Aarón a un rincón lejos de ellos.

Perverso SecretoWhere stories live. Discover now