Capitulo 2

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ALYSSA MILLER

Ya me encontraba en el punto de encuentro, en la Tierra sagrada. Lugar en el que todos los gaianos vienen a agradecer a nuestra naturaleza por darnos nuestros elementos. Me habían enseñado que los simples hacen algo parecido pero con otros dioses y demás.

Me encuentro con mis compañeros y luego de saludar a sus familias nos quedamos hablando.

—Estuve dando vueltas en la cama. No pude dormir en toda la noche—dice Aurora mientras se muerde las uñas en estado de nerviosismo.

Kol le da un leve golpe a su mano para que deje de hacerlo ya que ese gesto lo suele irritar.

—Siento que el corazón se me va a salir del pecho—dice de forma divertida Sebastián.

—Exagerado—pone en blanco los ojos el castaño.

Sonrío y lo miro con la cejas levantadas.

—¿No estás emocionado o algo por el estilo, Kol?

—Si—se encoge de hombros—, eso no quiere decir que tenga que exagerar como ellos dos lo hacen—señala a los rubios.

—Te estás muriendo por dentro, solo que lo ocultas con la cara de mierda que pones todo el tiempo—le dice agua.

Puedo ver como le saca el dedo del medio y como intenta reprimir una sonrisa.

—A ver...—grita alguien subido a una montaña de tierra que seguro hizo con su poder.

Al enfocar mi vista puedo ver a un superior, Hades.

—Llegó el momento en el que nuestros hijos, hermanos, nietos, sobrinos, primos, amigos, emprenden viaje a su misión. Fueron enseñados todos estos años para este momento. Recuerden nuestras tres reglas fundamentales.

Con las tres reglas de memoria, toda la multitud, incluyéndome, comienza a recitarlas.

No estar en la Tierra sin autorización de los superiores. No mostrarles ni contarles a los simples sobre nuestro poder. No causar caos tanto en la Tierra como en nuestro planeta.

Hades da una sonrisa

—No hay mucho para decir, solo suerte y salven a la naturaleza.

Los aplausos no tardan en llegar apenas termina de hablar. Con un movimientos de manos, la montaña en la que estaba subido, baja y desaparece entre las miles de cabezas de las personas.

—¿Saben quien es nuestro tutor?—pregunto.

Enfoco mi atención en cada uno de ellos y noto como niegan la cabeza en forma de negación.

—A mí me tienen—escucho a mis espaldas.

Giro sobre mi eje para encontrarme a Dorothea, quien nos enseñó la mayoría de idiomas que suelen utilizar los simples.

Una sonrisa es plasmada en mi cara.

—¿Nerviosos?—hace la misma pregunta que ya he escuchado miles de veces— Algo estúpido lo que pregunte, es obvio que están nerviosos—nos da una sonrisa—. No hay de que preocuparse, todo va a estar bien y yo voy a ayudarlos para que puedan orientarse.

Todo mayor a los dieciocho años ya había viajado a la Tierra. Hay algunos que son elegidos como tutores para los nuevos grupos que van a ir.

Me acuerdo que hace dos años había ido mi mamá.

—¿Es la segunda vez que vas allá?—pregunta la rubia a mi costado.

Niega con la cabeza y con su mano forma el número tres. Un silbido escapa de la boca de Sebastián y Doro ríe por esa expresión.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora