Capitulo 20

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ALYSSA MILLER

Miro mis manos mientras voy contestando las preguntas que me hace Dorothea y todos me escuchan en la habitación.

—¿Te estabas enojando? ¿Tenias miedo?

Niego con la cabeza.

—¿Te sucedió alguna otra vez?

Con duda, asiento lentamente.

—¿Cuándo?

—El día que vos te fuiste con Aurora y Sebastian al supermercado.

—¿Le dijiste a alguien?

Me muerdo el labio y niego.

—Ay, Aly—oigo a Aurora.

—Alyssa, deberías de habernos dicho—me reprocha Dorothea.

—Creí que no era importante.

—Todavía no sabemos si lo es o no—habla Gastón—. Hay que llevarla a Gaia.

Levanto la cabeza de golpe y comienzo a negar.

—No.

—Alyssa...—comienza Sebastian pero yo lo corto.

—Si voy, las autoridades no me van a dejar volver.

—Tenes que ver a un sanador—me dice Kol—. Puede ser grave.

Paso mis manos por mi cabello, echándolo hacia atrás.

—¿Y si no es? Ellos siempre exagerarán todo, y de todas formas no me van a dejar pisar la Tierra otra vez.

—Es preferible que no vuelvas a pisar la Tierra, antes de que te suceda algo malo y no podamos hacer nada para remediarlo—dice Dorothea.

Me agarro de la cabeza y niego frenéticamente.

No quiero volver. Las autoridades me van a ver como un peligro y no van a queres que vuelva a la Tierra. Y no estoy lista para irme. No puedo despedirme de Nikolas todavía. No quiero volver a vivir en Gaia. No quiero estar días sin mis amigos, que son una de las razones por la que todavía sobrevivo en ese planeta. ¡No quiero ir a Gaia!

—Vamos a dejar el tema—ordena Gastón—. Está alterando a Alyssa.

Kol me empuja para que le haga lugar en la cama, se acuesta a mi lado y apoya su cabeza en mi hombro mientras me rodea el cuerpo con su brazo.

—Inhala y exhala—susurra pero yo lo ignoro.

—Denme unos días. Si vuelve a pasar, entonces sí, llévenme a Gaia.

—No te das una idea de la gravedad que puede ser este asunto—dice Dorothea.

—Y ustedes no se dan un idea lo que es volver allá siendo como soy.

Se queda en silencio pero su rostro se llena de pena, pena hacia mí.

—Algún día vas a tener que volver—dice en voz baja.

—Lo sé, pero que al menos no sea tan pronto, y sola.

Ella nos mira a todos y posa su mirada en Gastón. Él asiente.

—Si llega a volver a pasar, la llevan.

Doro suspira y se va.

—Gracias—le digo a Gastón.

—Mira, Alyssa, tal vez no pueda comprenderte del todo porque ambos sabemos que no soy como vos. Pero aún así me hago una idea de tu sufrimiento en aquel planeta.

Fuego [Gaianos 1]Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz