Epilogo

15 1 0
                                    

ALYSSA MILLER

—Muy bien, campeón—lo felicito y luego le extiendo mi mano—. Chócame los cinco.

Lander con una sonrisa en el rostro, salta para chocarme la palma de la mano. Revuelvo su cabello y le doy un beso en la frente.

—Ve con tu hermana, que te está esperando.

Corre hacia ella, una nena casi idéntica a él que solamente le lleva media cabeza de diferencia. Se toman de las manos y se giran para saludarme. Yo les devuelvo el gesto.

Me siento en el pasto, una vez quede sola y apoyo mi mentón sobre mi rodilla.

Pasaron seis meses de el último juicio. Como castigo lo único que me dijeron fue que no tengo permitido volver a la Tierra y que si llegase a romper devuelta alguna regla, sea por el motivo que sea, esta vez no se me perdonaría. Realmente espere algo mucho peor, como ser su esclava de por vida o algo así.

Veo a una pareja caminar de la mano, y siento un dolor en el pecho cuando me fijo que ella es pelirroja y el casi pelinegro. Es como si alguien me mandara una señal solo para lastimarme más, y hacerme ver que nunca seremos como ellos.

Suspiro y frunzo el ceño cuando alguien se para detrás de mí, generándome sobra al tapar el sol. Me giro y levanto la cabeza.

—Hola, Alyssa—me sonríe con las manos en los bolsillos de su pantalón.

—Hola, Hades—saludo confusa—. No volví a romper ninguna regla, no hice nada malo.

Su sonrisa se ensancha y niega con la cabeza.

—No vine porque hicieras algo malo. Me gustaría hablar, ¿estás disponible?

No es que me pueda negar de todos modos. Es un superior.

Asiento y me levanto, señalándole mi casa como señal de que pasemos. Él comienza a caminar adelante de mí.

Mamá y papá no están en casa por el trabajo, así que la casa se encuentra silenciosa.

Toma asiento en el sillón y yo no tardo de ofrecerle algo para comer o tomar, que con una sacudida de cabeza rechaza.

—¿Y...—me aclaro la garganta, un poco nerviosa— de qué quiere hablar?

—Vi al niño, ¿cómo andan sus clases?

Poco tiempo después del juicio, les insistí a los superiores que se hiciera algo con los inestables. Accedieron.

Con análisis y con la psicología de la Tierra, se pudo crear algunos métodos para tratar de tranquilizarnos pronto, antes de que explotemos.

Es algo que nos va a llevar mucho tiempo mejorar y alcanzar con éxito. Pero estamos empezando. Y digo estamos porque me ofrecí, aunque yo me encuentre en el mismo problema, para poder ayudar. Así que por eso ayudo a Lander, aquel pequeño que pude salvar del incendio que provocó en el edificio del colegio.

—Lo está haciendo bastante bien, dentro de unos días va a reunirse con sanadores para que ellos verifiquen cómo viene—le cuento—. Aunque siento que no vino a hablarme exactamente de eso. 

Me mira y niega con la cabeza.

—Tienes razón, no vine por eso. ¿Cómo te encontras?

Me miro la piel desnuda de mis brazos.

—Mi piel mejoró un montón, en algunos lados está rara, pero...

—No hablaba físicamente—me interrumpe.

Agacho la mirada. Siento como esa pregunta me toma de golpe y derriba mis muros, dejándome totalmente vulnerable.

—Te estuvimos vigilando—lo miro—, por simple seguridad. Queríamos estar alerta de que no hicieras algo.

Fuego [Gaianos 1]Where stories live. Discover now