Capitulo 22

13 1 0
                                    

ALYSSA MILLER

Camino por las calles de Rosedale para ir al departamento. Después de haber pasado mi tarde con Nikolas y Nino.

Si bien me habían dicho que me quedara en el edificio, no lo soporte. A la hora me moría de aburrimiento, y no me arrepiento de haberme juntado con Nik.

No avise a los demás, sabía que no me iban a dejar salir y menos para ver a ojitos. Así que por las dudas si llegaban antes que yo, deje una nota diciendo que estaría en su casa, para que no se preocuparan y pensaran que desaparecí o me vinieron a buscar las autoridades de Gaia, o lo que sea que se les pueda pasar por la cabeza.

Me detengo, dejando de caminar, y cierro los ojos.

Mierda.

—¿Vos no deberías estar en tu habitación?—Dorothea me reprocha.

Me muerdo el labio y saco de uno de mis bolsillos la barra de chocolate para mostrárselas.

Agradezco al chocolate que estaba en la vidriera de aquel lugar como para llamar mi atención e ir a comprarlo.

—Fui por algo dulce.

Doro relaja los hombros y asiente. Empezamos a entrar al edificio para ir todos juntos al departamento.

Apenas llegamos, Sebas apoya su brazo sobre mis hombros.

—¿Cómo te sentiste?—pregunta Kol.

—¿Nos extrañaste?—pregunta el rubio al mismo tiempo, subiendo y bajando las cejas.

—Me sentí bien. Nada de ojos rojos—contesto.

—Y... ¿nos extrañaste?

Me hago la que lo pienso.

—Nop.

—Yo sé que a mí sí me extrañaste.

Aprieta mis mejillas y me da un pico, apenas una presión de labios. Me río y lo golpeo.

Hacía mucho que no me robaba minis besos, creía que había perdido la maldita costumbre.

El castaño arquea una de sus cejas.

—¿Qué?—le pregunta agüita— ¿Vos también queres un beso?

Se abalanza hacia él pero Kol no puede evitar que también le dé un pico en sus labios. El castaño pone los ojos en blanco y empuja al rubio cuando va por una segunda presión de labios.

Yo me voy a mi habitación con una sonrisa, antes de que me metan en medio de sus peleas.

Entro y veo a Aurora de espaldas, pero cuando me escucha acercarme se da la vuelta, y mi sonrisa se borra al ver lo que tiene en la mano.

—Aurora...—comienzo, pero me corta.

—¿Por qué nos mentiste?

Me quedo en silencio. Ella tira la nota en mi cama y se sienta en la suya, esperando mi explicación que no llega.

—Pudiste habernos dicho que ibas de Nikolas.

—Sabes que no—me paso la mano por el rostro.

—Alyssa, ¿no confías en nosotros?—frunce el ceño.

—Por Gaia, sí que lo hago. Pero todos estaban preocupados por mí y sabía que no me dejarían ir a lo de Nikolas.

Me queda mirando.

—Están de novios—no suena a pregunta, sino a afirmación.

Trago saliva y asiento lentamente.

Fuego [Gaianos 1]Where stories live. Discover now