Capitulo 16

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NIKOLAS THOMPSON

Apenas entro al local la veo, sentada en la misma mesa que nos sentamos la primera vez que quedamos. Está de espaldas y admiro su pelo largo de un naranja oscuro intenso. Me acerco y tapo sus ojos.

Sus manos tocan mis manos y están súper calientes.

—¿Te doy pistas o adivinas vos solita?

Sus hombros se relajan y y baja mis manos. Le doy un beso en el cachete antes de sentarme frente a ella.

—¿Tenes fiebre?—pregunto.

Comienza a negar con la cabeza con el ceño fruncido.

Me adelanto y toco su frente y luego mejillas.

—Tenes la piel muy caliente.

Toma su celular y lo levanta para mirarla la pantalla, deja salir el aire de sus pulmones y me da una mirada despreocupada.

—Supongo que la calefacción está un poco fuerte.

—Sí, puede ser...—levanto la mano para llamar a la mesera— Hola, Brittany.

—Nikolas—sonríe—, hace mucho no aparecías por acá. Queda lugar por llenar, eh.

Me río y agacho la mirada.

—Tuve algunas cosas, y puede que alguien también me estuvo entreteniendo uno que otro día—levanto la mirada para mirar a Alyssa quien pone los ojos en blanco.

—Yo te conozco—dice Brittany mirándola—. Estuviste observando el mural de Nikolas.

Los ojos de la pelirroja me miran con sorpresa.

—¿Todo eso hiciste vos?—asiento con una sonrisa— Wow, es increíble.

—Gracias, rojita.

—¿Qué van a pedir?

Después de que Brittany se haya ido, Aly me observa de una manera que me hace reír.

—¿Qué?

—Quiero que me dibujes—susurra con algo de entusiasmo.

—Encantado de hacerlo. ¿Ahora?—arqueo las cejas.

—¿Ahora?—pregunta mirando alrededor.

—Acostumbro a dibujar a personas mientras tomo mi café—me encojo de hombros—. Puedo hacerlo.

—¿Trajiste tus materiales?

Señalo mi mochila, la misma que lleve a la universidad y que no pude dejar en casa porque vine recto hacia acá para no llegar tarde y hacerla esperar.

Comienzo a sacar mis lápices y mi cuaderno.

Se muerde el labio.

—¿Y ahora qué hago?

—Posa—bromeo.

Ella coloca los codos sobre la mesa y apoya su mentón en sus puños cerrados, y sonríe, comenzando a pestañear muchas veces.

Llevo la punta de mi lápiz a su nariz y le golpeo con un toque. Ella la arruga y me decido por querer dibujarla de ese modo.

—Quédate así unos segundos.

—¿Así? ¡Pero estoy fea!

—Alyssa, mírate a un espejo, no sos fea—ella blanquea los ojos pero no pierde la sonrisa, y tampoco deja de fruncir de forma tierna su nariz.

Comienzo a dibujarla mientras ella me pregunta desde hace cuánto hago esto.

—No sabría decir una edad en específico pero desde muy chico. Por lo que me decían mis papás, amaba dibujar en las paredes.

Me río al imaginarme tal cosa y ella me imita.

—Según ellos, por mucho que me retaran y dijeran que eso estaba mal, lo seguía haciendo. Hasta que me compraron un cuaderno gigante y fue como el mejor regalo para mí. 

—Contame más—mis cejas se fruncen porque no entiendo—. ¿Qué te inspira?, ¿qué soles dibujar?, ¿dónde te sentís cómodo para dibujar?...

Me la pienso un poco mientras trazo las curvas de su nariz sobre la hoja.

—Suelo dibujar las cosas que me llaman la atención, lo que me gusta de alguna manera. Y dibujar puedo hacerlo en cualquier lado pero los lugares solitarios suelen ser lo que más prefiero. Hacer lo que hago me tranquiliza, no lo sé, me da calma.
Aunque también me gusta venir seguido acá a tomar café mientras observo a mi próxima víctima para dibujar.

Brittany aparece con nuestro pedidos y coloca las tazas y los tostados sobre la mesa. Se inclina y ve mi dibujo.

Asiente con aprobación.

—Te está quedando divino.

—¡Quiero ver!—exige Alyssa y yo golpeo la punta de su nariz con el lápiz nuevamente, y vuelve a fruncirla haciendo que suelte una risita.

—Quédate ahí, todavía no está terminado.

Bufa y retira una de sus manos de su mentón para agarrar la taza.

🔥

Termino de dibujarla, minutos después de que hayamos terminado nuestros cafés y no estoy 100% conforme con el resultado... siento que le falta algo. Si bien hice algunas sombras y tal vez le faltaría más..., no sé falta algo.

—¡Nikolas...!—se detiene en medio de su queja— Me di cuenta que jamás pregunte tu apellido.

Río.

—Thompson.

—Entonces, ¡Nikolas Thompson, muéstrame el dibujo, ahora!

Sigo riendo. Es muy chillona.

—Te dije que cuando esté completamente listo, te lo mostraré.

Guardo todo en mi mochila después de que ya hayamos pagado, y nos levantamos para irnos.

—Me lo debes, eh—me empuja con su cadera mientras caminamos—. Que sepas que no voy a olvidarme.

Le devuelvo el empujón y ella sonríe.

—Tampoco voy a olvidarme, te lo prometo.

Apenas hay luz del sol, es algo tarde. La acompaño hasta su edificio. Se para enfrente de mí y nos quedamos viendo, para luego romper en risas.

—¿Después hablamos?—le pregunto.

—Después hablamos—susurra.

Se acerca y me besa el la esquina del labio. Abro los ojos con sorpresa. Ella sonríe y se mete dentro de su edificio. Lo hizo a propósito.

Me quedo observando el vidrio de la puerta de entrada hasta sacudir la cabeza y salir de mi shock. Sonrío en todo el camino a casa.

 Sonrío en todo el camino a casa

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Fuego [Gaianos 1]Where stories live. Discover now