Capitulo 18

10 1 0
                                    

ALYSSA MILLER

Abro la bolsa para que Aurora tire la basura que junto de las calles.

—¿Y como anda Nikolas?

—¿Eh?

—Hace mucho no lo vemos. Te estas reuniendo mucho en su casa. ¿Qué pasó? ¿Hay acción?

Me río de manera seca.

—Sí, claro, justo yo.

Ella me da una sonrisa triste pero no dice nada al respecto.

—Podes decirle de juntarnos en el lago—dice después de un rato.

—¿Con quién?—se acerca Sebastian con las manos en los bolsillos.

—¿Vos no tendrías que estar ayudando a Kol?

Se encoge de hombros.

—Es un histérico, me critica cada cosas que hago—pone los ojos en blanco—. Me dijo que prefería que me fuera de su vista y hacerlo él solito.

—¡Si no sabes ni cómo abrir bien una bolsa!—grita Kol— ¡¿Cómo no queres que me ponga histérico con vos?!

El rubio ríe y le manda un beso.

—Repito, ¿con quién vamos a juntarnos?

—Nikolas.

—Mañana podríamos.

—Tendría que preguntarle a él—infomo—. No todo el mundo se la pasa sin nada que hacer, agüita.

Chasquea la lengua.

—Yo siempre hago cosas.

Aurora y yo le señalamos a Kol trabajando solo.

—¡Él me echo!

—¡Vos te hiciste echar!—le responde el castaño.

—Si a mí no me pondrían siempre con el difícil, estas cosas no estarían pasando.

—¡Si a mí no me pondrían con el que no sabe hacer nada, estas cosas no estarían pasando!

—¡Basta! ¡Me haces quedar como un inservible!

—¿Acaso no lo sos?—grita de regreso.

—Me dan dolor de cabeza ustedes dos—se queja Dorothea—. Aurora ve con Kol, Alyssa con Sebastian.

—¿Por qué a mí con él? Voy a terminar haciendo todo yo sola—me quejo y cuando lo veo con los brazos cruzados sonrío—. No es nada personal.

—No voy a darte más de mi amor, y vas a venir de rodillas para rogarme.

Me río y voy a abrazarlo pero él se hace a un costado. Yo finjo indignación y Sebastian alza un hombro. No me queda otra que correrlo para abrazarlo.

—¡Loca, aléjate de mí!—grita y pasa entre los chicos, usándolos como obstáculos.

—¡Quiero mi abrazo!

—¡Nunca!

Comienzo a reír pero no dejo seguirlo.

Sin querer choco con alguien haciendo que caiga de culo al suelo con un dolor en la frente. Abro los ojos y me froto la zona, mientras veo que la chica delante de mí hace lo mismo.

—Perdón, perdón. Juro no te vi.

—Me acabo de dar cuenta—sonrío ante su sarcasmo.

—Es linda—escucho a Sebastian susurrar.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora