Capitulo 41

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ALYSSA MILLER

Suspiro con alivio al ver que quien me va a llevar al juicio es nada menos que Mikhail y no aquella horrible mujer.

—¿Cómo te encuentras?—dice señalándome y sé que se refiere a mi accidente y no a lo que va a suceder hoy.

—Mejor.

—Tengo que decirte que fue increíble lo que hiciste, Alyssa.

Yo asiento, sin saber que decir.

Esta vez me lleva directamente y ninguno de los dos dice nada. Traspaso la puerta y hago el mismo recorrido que hice hace tres meses y algo. Me siento en mi lugar asignado y a los pocos minutos aparecen los cuatro superiores, haciendo que todo murmullo se detenga.

—En el día de hoy, no encontramos aquí reunidos, para hacer nuevamente el juicio interrumpido—comienza Hades a hablar, como la anterior vez.

—Alyssa Miller. Inestable del tercer nivel que rompió las tres reglas—describe Ragnar.

—Viajó a la Tierra sin autorización, rompiendo uno de las reglas. Y anteriormente se había mostrado frente a millones de simples, rompiendo las reglas de que ellos no sepan nuestra identidad y que no haya caos en la Tierra—dice Vienna.

—Que comience este juicio—anuncia Serephina.

Escucharlo por segunda vez no lo hacía más fácil.

—La acusada, había quedado como culpable—dice Ragnar—. Hasta que Kol Adriel Parker se opuso y declaró a su favor.

Mis ganas de a matar a Kol vuelven a aparecer. Ahora ellos no lo olvidarán, y tal vez se metan con él por intentar defenderme.

—Seguido de eso, hubo un incendio provocado por un niño llamado Lander Parkinson en el edificio del colegio.

—Alyssa entró ahí dentro y salvo la vida del pequeño, arriesgando la propia—dice Serephina dándome una mirada y sonriéndome con... ¿orgullo?

—Antes de decir a que llegamos—dice Vienna—, queremos escuchar a la acusada.

Confundida y un tanto nerviosa, asiento.

—¿Por qué salvaste a ese niño?—pregunta Hades con las manos entrelazas sobre la mesa.

Pero... eso ya me lo pregunto Serephina.

—Porqué no iba a dejarlo solo ahí cuando podía morir—digo lo mismo que ya le dije a ella, y que es la pura verdad.

—Pero vos fuiste la única que entró. Los demás sabían del peligro y que podrían no salir vivos de ahí, vos también lo sabías, y aún así entraste. ¿Por qué?

—No iba a dejarlo solo—vuelvo a arrepetir—. Y mi sentencia ya estaba dictada, morir antes o morir después era lo mismo. Pero prefería morir y salvar a Lander.

—¿Lo volverías a hacer si él u otra persona más se encontraría en el mismo escenario?—pregunta Serephina con esa sonrisa que me cuesta descifrar bien.

—Sí.

Los cuatro asienten.

—Tu defensa sobre el rompimiento de las reglas fue que explotaste sin poder controlarte, ¿no es así?—pregunta Vienna.

Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora