Capitulo 38

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ALYSSA MILLER

—La acusada dice que el delito cometido en la Tierra hace unos cinco días no fue hecho apropósito, ¿no es así?—me pregunta Vienna.

—Es así—digo mientras asiento.

—Pero eso no la excusa del delito de viajar a mismo planeta sin autorización—dice Ragnar con las manos cruzadas sobre la mesa.

Trago saliva. De eso no puedo realmente excusarme. 

—Aunque tendríamos que decidir si sos culpable respecto a lo primero, lo segundo demuestra directamente que si lo sos—anuncia Serephina.

La miro. Creo que por cierta parte podría entenderme por compartir mi mismo poder, pero aún así no creo que sea un gran porcentaje lo que entienda. De lo contrario trataría de tomar su poder como superior y hacer algo, pero siempre se quedo callada y jamás se hizo nada. Así que dejo de mirarla, un poco enojada.

—Cualquiera que rompa alguna de las tres reglas, se le quitara el privilegio de cargar con su elemento—relata Hades con voz serena—. Así que sin alargar esto, Alyssa Miller, es condenada a la eliminación de su poder, llevándola a la muerte segura por la falta de energía de este.

Aunque ya sabía que iba a suceder, escucharlo perfectamente de ellos hace que el aire abandone mis pulmones.

Muchos gritos se alzan. Otros de acuerdo y otros en contra.

—¡No pueden hacer esto!—grita alguien y levanto rápidamente la cabeza al escuchar su voz por sobre las demás.

Todo el mundo se queda en silencio, pero él se encuentra de pie firme y con el mentón levantado.

—¿Perdón?—Serephina frunce el ceño y lo mira— Acérquese y preséntese.

Él la obedece y se coloca a varios metros delante de la mesa con los superiores.

Me aferro a mi asiento y clavo mis uñas en él con nerviosismo.

Me mira y yo le formulo que ¿qué es lo qué hace?

—Kol Adriel Parker, elemento Tierra.

Mi corazón se acelere más de lo normal y siento que está a punto de salir de mí.

—Dinos tus razones para no cumplir con el castigo puesto en ella.

Lo observo. No sé cómo se encontrará por dentro pero por fuera su rostro parece de piedra. No refleja ningún rastro de inseguridad o nerviosismo como de seguro presento yo, sino seguridad y firmeza pura.

—Conozco a Alyssa desde que se nos colocó en el mismo grupo para nuestra misión. Viví con ella cada situación. La vi ser juzgada, humillada, burlada, despreciada por lo que es. Todo eso fue consecuencia de que una enorme inseguridad crezca en ella y que eso no ayudará en su intento de controlar sus emociones. Debió haber aprendido como hacerlo. Debieron de ayudarla, no lo contrario. No es su culpa que hayan creando un monstruo dentro de ella. Fue él quien cometió aquellos delitos, no Alyssa.

Hades sonríe y todavía no termino de averiguar si es una sonrisa buena o mala.

—Lo que tratas de decir es que si hubiese tenido ayuda desde un principio, no nos encontraríamos en esta situación, ¿no es así, Kol?

—Exactamente, eso quise decir.

Asiente varias veces y mira a los lados para mirar a sus hermanos.

—Como se ha dicho antes, no la excusa de que viajó a la Tierra sin autorización—habla Vienna.

—Como seguramente Alyssa les ha explicado, fue llevada de repente aquel día que explotó y no tuvo tiempo de despedirse. Cuando fueron a buscarla nuevamente ella no mostró ninguna señal de resistencia. No le iban a otorgar un permiso así que ella se arriesgó a hacerlo solo para tener unos pocos segundos por última vez con aquella persona, nada más. No intentaba escaparse y esconderse, no planeaba delatarnos frente a lo simples, no planeaba nada malo.

Todo el lugar queda en silencio. Los superiores se miran entre sí.

Tengo mucho miedo por Kol, no quiero que le suceda algo malo por haber intentado defenderme.

Una puerta se abre de par en par y entra una señora pelinegra, agitada y desesperada.

—Ayuda, por favor. Se esta incendiando el colegio.

Mi corazón late más rápidamente de lo que ya venía latiendo.

Todo el mundo se para, olvidándose del juicio, y comienzan a correr hacia la salida. Los superiores siguen estando en su mesa y yo golpeo mis pies contra el suelo.

Veo mis manos, atadas.

—Por favor, déjenme ir—pido y ellos me miran—. Podría ayudar con el incendio.

—¿Buscas escaparte?—alza las cejas Ragnar.

—¡No!—elevó la voz entre desesperada y enojada— Podría ver niños ahí adentro. Déjenme ayudar. No puedo ir a ningún otro lado aunque quisiera porque es lógico que me encontrarían y mi final sería el mismo.

Serephina me mira un largo rato pero le asiente a Hades y él se levanta para caminar hacia mí. Sus otro dos hermanos no le dicen nada, pero puedo ver la desconfianza de Ragnar. Cuando se para frente a mí, pasa la palma frente a las espinas de mis muñecas y estas se deshacen cayendo al suelo.

—Ve.

Asiento y salgo corriendo en dirección al lugar. Me hago paso entre la gente pero al intentar entrar al edificio me retienen.

—Es peligroso.

—Soy de fuego—aclaro a la chica, que la reconozco al ser del mismo grupo que Theodoro, aquella que frenó mi ataque hacia él en el restaurante hace varios meses.

—Hay una niño ahí dentro, es él quien explotó incendiando todo. Sigue sin poder controlarse. No podemos apagar el fuego si él no se tranquiliza.

—Entonces entremos a tranquilizarlo—intento entrar al edificio nuevamente pero me frena.

—Nuestros cuerpos no pueden resistir a ese tipo de llamas. Es pe-li-gro-so—dice haciendo énfasis en cada sílaba de la última palabra.

—Y una mierda. De todas formas ya estoy muerta—digo empujándola y corriendo para traspasar la puerta del lugar.

 De todas formas ya estoy muerta—digo empujándola y corriendo para traspasar la puerta del lugar

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Fuego [Gaianos 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora