Trece.

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- ¡Hey! Sueltame ya. - Dijo Eli zafándose del agarre de Axel.

- Metete en el auto ahora.

- ¿Por qué te metiste? Podía sola con él. - Frunció el ceño.

- Si se notó en la manera que te arrinconó. - Dijo en un tono un poco molesto. - ¿Donde tienes las llaves?

- No necesito que me lleves a casa, voy a volver por otro trago.

- No. - Dijo firme. - Tú vas a volver a casa.

- No necesito niñera.

- Tú elijes, o por las buenas o por las malas.

- Por ninguna de las dos. - Dijo decidida. - Ahora si me permites...

Dio media vuelta comenzó a caminar hacia la entrada del boliche un poco dificultosa con los tacones.

Axel apretó con rabia el puente de su nariz y murmuró un par de malas palabras, para después salir por detrás de Eli.

La tomó del brazo girándola, tomó su cartera y hurgó en ella buscando las llaves, sin soltar del brazo a Eli.

Una vez que las encontró tomó a Eli en sus hombros y la cargó hasta el auto.

Por toda la bronca que tuviera por tener que estar lidiando con ella, debía admitir que estaba preocupándose porque estuviera en casa a salvo. 

La dejó en el asiento del acompañante y abrochó su cinturón.

- Ni se te ocurra escaparte. - Murmuró. Su rostro estaba muy cerca del de ella.

Eli sólo lo observó, lo encontraba atractivo y luego culpó al alcohol por su pensamiento.

Antes de que pudiera reaccionar y escaparse Axel ya se había subido al auto y estaba saliendo del estacionamiento.

- Te odio. – Gruñó.

- Yo también, cariño. - Dijo sereno.

- Si tanto me odias.. ¿Por qué viniste? - Murmuró recostándose bruscamente.

Esperó un par de minutos para contestarle, pues ni él sabía por qué había ido.

- Porque estabas dando asco de borracha. – contestó.

Unos segundos de silencio incómodo atravesaron la atmósfera.

- ... Y... porque no quería que te pasara algo. - Confesó un poco avergonzado.

Esperó unos segundos las carcajadas de Eli burlándose de él, pero ella nunca contestó. 

Giró su cabeza distrayéndose del camino solo por unos segundos para mirarla.

Ella estaba dormida.

- Gracias a Dios te dormiste... - Suspiró.

Llegó al estacionamiento del edificio y rodeó el auto para abrir la puerta del acompañante. Desabrochó su cinturón y la tomó en sus brazos.

Tenía miedo de que si la despertara, lo empujara, saliera corriendo a tomar un taxi y volviera al boliche.

No podía confiarse con esa chica. Menos cuando estaba ebria.

Entró al apartamento como pudo y fue directamente a la habitación de Eli.

Estaba a punto de dejarla en la cama cuando Eli sorpresivamente se removió y lanzó sus brazos alrededor del cuello de Axel.

- No quiero dormir. - Se quejó somnolienta. - Llevame de nuevo al boliche.

- No, ya bebiste demasiado, además tengo que irme, solo vine a dejarte a casa.

Siempre hay una primera vez.Where stories live. Discover now