Siempre hay una primera vez.

Quince.

La semana transcurrió como había sido la primera.

Discusiones por cualquier cosa.

Claro que ninguno se lastimó verbalmente, Axel trató de no usar palabras agresivas con ella.

La hora de la sesión con la señora Wesley llegó.

- Buenos días. - Dijo la señora Wesley sentándose en el sillón al frente de ellos dos.

- Buen día. - Dijo Eli cordialmente. - ¿Gusta de tomar algo?

- No, gracias. - Sacó su cuaderno. - Cuentenme como les fue esta semana ¿Alguna mejoría?

- No. - Dijo Eli.

- ¿No?

- Creo que... intentamos ser amables pero no funciona. - Axel rascó su cabeza.

- ¿Cómo es eso? – preguntó sin entender.

- Verá... - Dijo Axel chocando sus manos. - ésta señorita. - apuntó con su cabeza a Eli - El sábado pasado...

- Axel no empieces... - dijo Eli, claramente avergonzada.

- Fue de fiesta... - Continuó. - Y se puso hasta... bueno, usted ya sabe. - Hizo una mueca. - Yo, dejé mis planes para ir al rescate de ella. ¿Sabe que es lo que hizo? ¡Se enojó! - Exclamó. - La niña me agradeció mandándome al diablo.

- Haber, tampoco así. - Interrumpió Eli mirándolo.- Cuando desperté tú estabas en mi cama, durmiendo conmigo. ¿Cómo no iba a reaccionar de ese modo?

- ¿Ustedes no duermen juntos? - Preguntó la Señoaq. Wesley.

Eli rió. - Claro que no. 

- ¿Por qué?

- No nos queremos. - Dijo Eli seria. – además, sólo lo conzoco dd hace dos semanas, no puedo dejar que venga y duerma conmigo en mi cama así como así.

Axel la miró serio. Un inexplicable hueco apareció en su pecho cuando ella dijo que no lo quería ¿Por qué?. Pero ella tenía razón. No la quería, ni como esposa, ni como amiga, ni como una aventura... ella solo le había traído problemas. Principalmente tener que trabajar.

- Perdonen que opine, pero es una lastima... creo que hacen una muy linda pareja. 

Eli sintió sus mejillas arder. - Claro que no. - Frunció el ceño. - perdone, pero usted está equivocada.

-¿Podemos continuar con lo que veníamos? - Dijo Axel claramente incómodo.

- Claro.

- Luego tuvimos problemas con el baño.

- ¿Sabe lo que hace? - Dijo Eli cruzando las piernas. - Deja sus boxers tirados en el piso del baño. Se lo he dicho de maneras amables pero...

- Si por amable te refieres a tirarmelos en la cara, eres toda una dulzura. - Dijo Axel sarcástico.

- ¿Puedes dejarme terminar? - Lo miró fijamente.

- No seas mentirosa. - Se le acercó mirándola fijamente.

Eli se sintió nerviosa. En realidad se sentía nerviosa cada vez que él se ponía tan cerca de ella.

- No puedo estar todos los días recogiendo sus cosas. - Se giró rápidamente hacia la señora Wesley.

Ella escribió unas cuantas notas más y luego les dió su veredicto.

Eli quedó nuevamente insatisfecha.