Treinta y cuatro

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Axel estacionó su moto admirando la gran casa con puertas talladas y verjas negras.

Se acercó hasta la puerta y tocó el timbre.

Esperó unos minutos y las puertas se abrieron dejando ver a la Señora Taylor.

- Buenos di... - antes de que terminara de decir la palabra, ella comenzó a cerrar la puerta.

»¡Espere!- Dijo Axel trabando la puerta. - Se que soy la última persona a la que quiere ver, pero necesito su ayuda.

La Sra. Taylor abrió la puerta y dejó pasar a Axel

- Qué quieres.

- ¿Su hija está aquí? Digame que si.

- No, ella no está.

Axel suspiró.

- ¿Sabe dónde puedo encontrarla?

- No dijo nada a donde fue, sólo pasó la noche aquí. Creeme que estoy preocupada. - se sentó en el sofá. - está distinta, fría y es como si la hubieran...

- Lastimado. - Murmuró Axel terminando la oración.

- ¿Pasó algo entre ustedes?

- Si, pero fue un mal entendido y he estado desesperado buscándola por todos lados. - Tapó su cara. - Ella cree que la utilicé.

- ¿Realmente la amas?

- No se imagina cuanto. - Dijo aún con sus manos en la cara. Lentamente fue quitándolas y reveló sus ojos cristalizados. Con voz quebrada añadió: - Yo... yo me quiero morir sin ella... yo, no soy nadie sin ella. Yo cambié mucho, ahora comprendo la frase : Uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. - Las lágrimas comenzaron a escurrirse por sus mejillas.

La Sra. Taylor se acercó a él y pasó una mano por su hombro brindándole consuelo.

- Yo voy a ayudarte, si es que vuelve hoy a casa te llamaré.

Axel trató de sonreír. - Creo que debo irme.

***

Pasó todo lo que quedaba del día, en el sofá bebiendo de a tragos botellas de vodka puras, mientras escuchaba música de Elton John a todo volumen.

Estaba decidido a morir de la misma forma en la que había conocido a Eli... emborrachándose.

Había pasado un día y ya tenía la sombra de una barba, ojeras, aspecto deplorable y su cabello ya no tenía el brillo que sabía tener. Un día sin Eli y él parecía un indigente.

En el apartamento todavía estaban los trozos de porcelana del jarrón y los tacones de Eli en el suelo.

Los miró por un buen rato y lloró mientras bebía más alcohol.

Estaba muriéndose lentamente.

Alguien tocó la puerta.

- No... no hay nadie. - habló con dificultad.

- Axel abre. - dijo Fredy

- No. Vete. - Dijo bebiendo otro trago.

Fredy empujó como pudo hasta que forzó la cerradura. Cuando vio todo el desastre y a Axel en el sofá con botellas vacías a su alrededor, entró rápidamente y le quitó a Axel la botella de las manos.

- ¿Eres idiota? Podrías morir. - lo regañó Fredy.

- No me vendría mal...

Fredy le tiró las botellas vacías y volcó el contenido de las que quedaban llenas.

- Lo único que falta es que te mates. No seas idiota. Hay otras maneras de encontrar a Eli...

- Ya intenté todo... - Dijo cayéndose en el sofá. - La perdí para siempre. - Comenzó a llorar.

- ¿No pensaste que puede ir mañana a la audiencia?

- No irá.

- Tú no sabes eso. - Dijo Fredy yendo a la cocina.

- Ahora me odia, Freduard. Me odia y todo por culpa de ese estúpido hijo de...

- Toma esto. - Fredy le dio un vaso.

Logan se incorporó lentamente y tomó el vaso. Luego de unos minutos hizo una mueca de desagrado.

- ¿Qué demonios me diste?

- Agua con sal. Eso cortará un poco el alcohol en tu sangre... ahora ve a bañarte que apestas, te afeitas y te vas a dormir para ir mañana a esa audiencia. - Dijo tratando de levantarlo, pero era casi imposible.

- Si no tengo ganas de vivir, pues no voy a tener ganas de bañarme... - Dijo tirándose de nuevo en el sofá.

- Pues entonces iré al cuarto de Eli y quemaré toda su ropa... - Dijo yendo por el pasillo.

- ¡NO TE ATREVAS! - gritó levantándose tan rápido que se mareó y cayó al piso. Comenzó a arrastrase y hasta la habitación.

- No te atrevas, idiota... - Dijo afirmándose en el umbral de la puerta para no caer.

- Pues esta camisa ya no servirá, estos pantalones tampoco... - Dijo revolviendo los cajones. - Su ropa interior.

- ¡¡No toques sus bragas!! - Gritó enfurecido.

- Pues entonces ve y haz lo que digo... o estas prendas serán ceniza. - amenazó Fredy.

- Esta bien... lo haré. - Dijo más calmado. - Pero no te acerques a sus cosas o te mataré... sabes que lo haré. - advirtió.

- Ni las miraré.

Mientras Axel se duchaba con agua helada, Fredy trató de limpiar un poco el desastre que había en la sala.

Axel se vistió con algo cómodo y se recostó en la cama con un café que Fredy le había preparado.

- Gracias amigo. - Dijo tratando de sonreír.

- No hay de qué, para eso estamos los hermanos. - Sonrió palmeándolo levemente. - Mañana vendré por ti, estoy seguro de que Eli irá. Ya sabes como es ella... no va a dejar todo a medias. Ahora descansa.

Axel sólo asintió y luego sintió la puerta de entrada cerrarse.

Un rato después su teléfono sonó.

- Hola.

- Axel. - Dijo del otro lado.

- ¿Tiene noticias de ella?

- No... mandó un mensaje diciendo que no volverá, pero que ella se encuentra bien.

Axel no respondió, sólo suspiró y después de unos segundos dijo: - esta bien, gracias por avisarme.

Finalmente se recostó en las sábanas blancas que aún tenían el perfume de ella, y mientras abrazaba una almohada, allí se durmió.

***

Al amanecer Axel ya estaba despierto, la intranquilidad no lo dejaba dormir. Quería saber donde estaba Eli.

Se ducho, preparó una camisa blanca, un pantalón negro y luego esperó a que Fredy llegara por él.

Los nervios lo tenían preso. ¿Iría? ¿Qué haría cuando lo viera? ¿Qué haría él cuando la viera? ¿Cómo terminarían después de ese día?

Siempre hay una primera vez.Where stories live. Discover now