Treinta.

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Esa mañana Axel despertó con una sonrisa en los labios, pero algo le faltaba, algo no emcajaba con su despertar.

Eli no estaba.

Miró hacía al el baño y la puerta estaba abierta, su bolso tampoco estaba, ni si quiera podía sentir el perfume en su almohada, ni un mínimo rastro de ella, nada de nada. Una sensación de pánico entró en su cuerpo y pensó que todo había sido un hermoso sueño y todo lo que había pasado, nada era en realidad.

Se tiró de nuevo en su cama y comenzó a maldecir en voz baja.

Un crujido sonó por debajo de las sábanas. Allí había un papel escrito.

"Te espero en el comedor para desayunar juntos. "

Suspiró de alivió y llevó el papel a su pecho como un tonto enamorado. Su corazón vovía a latir con normalidad.

Se levantó lo más rápido que su cuerpo le permitía para cambiarse. Fue al baño, se aseó y se peinó–despeinó con sus dedos.

Bajó al comedor y la vio conversando con un par de chicas. Siempre tan resplandeciente como una estrella. Tran fresca como una lechuga. Tan sonriente como un gordito que encontra cinco dólares por la calle y los usará para comprar dulces.

Ella giró su mirada por un segundó y lo vio. Una sonrisa se dibujó en su rostro.

Eli hizo una seña de que la esperaran un momento y luego se levantó de su silla para ir hasta Axel.

Él se acercó un poco y dejó un suave beso en sus labios.

- ¿Desayunaste? - Preguntó él susurrando.

- Te dije que te esperaría para que lo hiciéramos juntos. - Rió ella.

- ¿Cómo novios? - Preguntó con un media sonrisa picaresca. Tomó a Eli por la cintura.

- Nunca tuve una propuesta... - Rió ella. - Pero si ésta es una, debo decir que no.

- ¿Por qué? - se sorprendió.

- Estoy casada, cariño. - Rió ella.

Axel la estrechó entre su cuerpo mientras reían.

Courtney salió del ascensor y salió despedida por la puerta principal a retirar su auto iba disgustada o enojada. James salió por detrás de ella tratando de alcanzarla pero no pudo, ella ya se había ido.

Volvió resignado al lobby y se topó con Axel y Eli mirándolo.

Él se acercó hasta Axel y le extendió la mano, sonriendo.

A lo miró indeciso y luego la tomó con un poco de duda.

- Mis respetos... - Dijo James. - Cuidala, es la mejor del mundo. -Dijo con un tono triste y apagado.

- Gracias. - Murmuró Axel, aún sorprendido y confundido por lo que acababa de pasar.

James se alejó y los dejó solos.

- Ahora me da lastima. - Murmuró Eli apenada.

- A mi igual. - Dijo Axel con el mismo tono. 

- Debería volver con él. - Soltó Eli repentinamente.

- ¿Qué? – chilló Axel.

- Es broma, Axel. - ella se estiró y besó su mejilla.

- Vamos a desayunar.

El desayuno fue como el almuerzo y la cena del día anterior. Axel estaba harto de la política y la economía... quería volver al sofá y mirar una película. Estar a solas con Eli. Poder ser ellos mismos... en realidad ahora podían ser ellos mismos. Pudo notar que ella también estaba cansada de esas personas, sedientas de trabajo y negocios, bestias ejecutivas. 

Siempre hay una primera vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora