XVII-C•Luck is on our side

2K 147 516
                                    


Sección C: La suerte está de nuestro lado.


No lo había pensado bien. Bueno, ni siquiera lo había pensado en lo absoluto. Su cuerpo actuó sin su consentimiento con un solo objetivo: encerrarse en su habitación con Ray, quien estaba parado detrás de ella, esperando que esta hiciera algo. Ella se encontraba frente a la puerta cerrada, recostada a la madera, cuestionándose lo próximo que haría o si debería hacerlo. Su cabeza estaba hecha un lío.

- E-emma... - habló el chico y quizás fue lo peor que hizo, pues en un segundo había caído a la cama, empujado por la fuerza de la chica – Ouch, o-oye ¿qué te pasa? N-no estás siendo tú, hoy. –

Ahora ocultaba su rostro en su pecho, sus manos a cada lado de su cuerpo, agarrando la sobrecama. El chico, aunque confundido, decidió envolver sus brazos alrededor de ella.

- Por favor, háblame, necesito saber que sucede. –hundió su faz en el cabello de la joven

- Sucede que no aguanto más... - su tono era susurrante, mas había suficiente silencio como para que él la escuchase – Yo soy una persona independiente, mis sueños y aspiraciones las proyecto para alcanzarlos por mi propio esfuerzo, si recibo ayuda de mis amigos es muy agradecida y realmente hace la diferencia, pero eso no significa que si no tengo a nadie me rendiría. Incluso si el mundo está en mi contra, yo seguiría luchando por mis ideales... En ese aspecto, soy autosuficiente. – la pelinaranja levantó su cuerpo para quedar sobre el chico, mirándolo intensamente a los ojos. – Sin embargo, cuando se trata de mi estabilidad mental, soy muy dependiente. Necesito el cariño de un ser querido para no colapsar, ha sido así desde que nací y como siempre he tenido a todos conmigo, nunca he decaído. Ahora, el amor que me brindan los demás me es insuficiente. Lo atesoro y aprecio, me hace feliz por un tiempo, pero el cariño que anhelo día y noche es... el tuyo. – confesó con voz temblorosa

- Emma... - fue lo poco que alcanzó a decir, su corazón latiendo rápidamente emocionado.

- Cuando me abrazas, cuando me apoyas, cuando tomas mi mano, cuando acaricias mi cabeza, cuando duermes conmigo, cuando me besas, todos esos momentos son los que realmente me llenan y he... he estado privándome de ellos todos estos días. ¡A sido una tortura! – diciendo esto, Emma agarró a Ray por sus muñecas y las colocó por encima de su cabeza

- Ey, la forma en que lo dices me hace pensar que... - tenía un mal presentimiento

- Te necesito, eso es lo que ocurre. Yo... - borró la frase que pasó por su cabeza y la sustituyó por otra, plagada de mentiras autoimpuestas – Yo aún no te perdono, pero te apoderaste de mi mente y no sales de ella. Necesito una liberación. Así que egoístamente, la tendré. – acercó su cabeza con intenciones de tomar sus labios, mas el pelinegro desvió la suya para evitarlo

- ¡No! – forcejeó para tratar de liberarse, pero la posición en la que estaban le resultaba difícil hacerlo sin tirar a la chica. - Emma, si te estoy entendiendo correctamente, eso no sería sano, para ninguno de los dos. ¿Planeas usarme para sentirte mejor? Por favor, Emma, piénsalo bien. ¿Realmente eres tan orgullosa como para no aceptar lo que sientes? –

- ¡No es orgullo, Ray! ¡Estoy aterrada! – su agarre en las muñecas aumento – Tengo miedo a volver a darte mi confianza y que me vuelvas a defraudar... Siento que no lo soportaría. No quiero hacerme ilusiones contigo, aún no. Mi parte racional está actuando por puro temor. Nada en este mundo puede asegurarme al cien por ciento que no volverás a ocultarme nada, lo hiciste por 6 años en Grace Field y lo hiciste de nuevo por 5 años con respecto a Mujika. ¿Quién me asegura que no lo volverás a hacer en el futuro? ¿Quién? – sus orbes verdes estaban cristalizados por las lágrimas que amenazaban por salir

ᴇɴᴅᴇᴀʀᴍᴇɴᴛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora