XX•Relief

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Relevo/Alivio
(Escrito por Diphtheriae)

Aquel paisaje le era conocido. El prado iluminado por el que siempre ansiabaEl hecho de que les permitieran entrar a todos a la villa era un gran paso, Emma vio como los demonios estaban curiosos por los humanos de la villa, sus compañeros entraron y trataron de hablar con los demonios amigables que no les guardaban rencor, poco a poco, los demonios se acercaban al carruaje donde las flores violetas adornaban el féretro de su fundadora; Emma vio como algunos rezaban por ella, mientras las lágrimas se derramaban por debajo de sus máscaras de demonio. Lo más devastador para Emma fue cuando Waena trajo a Emmett, quien estaba aferrado a su cuerpo, un poco asustado por la situación, el niño miraba con curiosidad aquel carruaje en donde su madre biológica descansaba, el corazón de Emma se estrujo al ver como el pobre niño demonio no lograba entender absolutamente nada.

─Vamos ─ Waena bajo al pequeño Emmett en el suelo, quien se acercó a la carreta.

─¿Mamá? ─ Los demás demonios lo veían con pena, apretando sus labios ante la escena en donde el pobre pequeño por fin se reencontraba con su madre, lastimosamente, ella no estaba viva para poder ver como había crecido su pequeño.
Emma no pudo aguantar el llanto, al notar como el pequeño se empinó para tocar uno de sus pies.

─Esta muy fría ─ El pequeño le comentó a su madre adoptiva, quien tampoco pudo aguantar las lágrimas.

─Bueno, mamá esta en un sueño del que nunca despertará ─  Waena le explicó, pero el pequeño era demasiado joven para entender tal concepto.

─Pero… así no podré contarle nada ─ El pequeño seguía mirándola, sin entender del todo lo que estaba pasando.

─Pero ella te puede oír, de eso estoy segura ─ Su madre adoptiva, le explicó nuevamente.

Ya a estás alturas, las lágrimas de Emma caían una a una por su barbilla, se sentía tan culpable por haber apartado a un pobre niño de su madre, aunque ella misma sabía que no era su culpa, pero  no podía dejarse de culpar, si tan solo no le hubiera dicho a Norman sobre Mujika y sobre Son Ju, quizás ellos todavía estarían vivos junto al niño que habían engendrado.

─Esta bien, le hablaré yo ─ A pesar de la situación, Emmet sonrió, se acercó aun más a la carretilla y comenzó a relatarle sobre su familia y sobre la aldea, aquella que la fundadora había creado, no podía comprender del todo la muerte, pero él solo era feliz de poder ver a la mamá que todos alaban.

Emma ya no lo pudo soportar, mientras esta se daba la vuelta para irse lejos de la escena, pensó que debía ser fuerte por los demonios y quedarse en la ceremonia, pero simplemente no podía, fue justo que se dio cuenta que su novio no estaba por ninguna parte.

Emma caminó más por la aldea, pero no logró visualizarlo, incluso le pregunto a Nigel si lo había visto, pero el chico era un mar de lágrimas peor que ella. La chica decidió que salir de la aldea a calmarse era mejor, hasta que logró visualizar a su novio, detrás de un árbol. Emma se acercó en silencio, notando como este lloraba, mientras se contenía en gritar.

─¿Ray? ─ Emma le llamó, este solo le dio una mirada dolida.

─Lo…lo ─ Ray no podía gesticular ninguna palabra de lo lloroso que estaba, Emma se sorprendió tanto que las lágrimas dejaron de salir de sus ojos.

─¿Qué sucede?─ Ella trato de hablarle con su voz más cariñosa para calmarlo, mientras pasaba su mano por su espalda, Ray la abrazo fuertemente, mientras gemidos salían de su boca.

─Si tan solo… ─ Ray no podía hablar, Emma se olvido de su propio dolor al verlo así, era natural, Ray se sentía más culpable que nadie por la muerte de Mujika, él sabía que ella había estado encerrada todos esos años en el sótano de Norman, siendo torturada, y aún así, no fue capaz de ayudarla.

ᴇɴᴅᴇᴀʀᴍᴇɴᴛWhere stories live. Discover now