II• Where did your smile go?

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¿A dónde fue tu sonrisa?


"La habitación de Oliver... La habitación de Oliver..."

Deambulaba por los pasillos de la villa, sin rumbo fijo. No recordaba donde era el cuarto de su amigo. No es como si alguna vez haya necesitado ir a su habitación, él normalmente se encontraba en la sala de recreación con el resto de niños de Goldy Pond o en el jardín ayudando a recoger hortalizas y frutas; si ella lo necesitaba para algo, iba a uno de estos dos lugares. Por eso ahora Emma se encontraba perdida.

"Ray se fue en esta dirección cuando nos separamos. Quizás si camino por este pasillo lo vaya a encontrar. Por suerte, los cuartos de los mayores tienen su nombre en una placa colgada en la puerta, si no, nunca lo encontraría."

- ¿Hablas en serio? -

Escuchó una voz familiar al doblar de la esquina. Era un tono furioso y frustrado. Se asomó un poco y pudo ver a Ray charlando con Vincent frente al cuarto del albino. Emma se preocupó al observar la expresión incrédula y molesta que mantenía Ray, mientras que le era imposible ver el rostro del hombre, pues estaba de espaldas a ella.

- Por supuesto, ¿por qué iría a mentirle sobre algo así? - respondió

- No sé. Eso era a lo último que me aferraba, y ahora... - tembló la voz de Ray

- ¿Qué va a hacer con esta información? -

- Es obvio que nada. De mi boca no saldrá ni una palabra y de la tuya tampoco. - su voz tenía el tono molesto.

- Está bien. Yo, de alguna manera, comprendo sus motivos. - Emma podría jurar que escuchó una especie de risita por parte del guardia, pero descartó la idea por ser poco probable.

- Ok, entonces, no hay nada más que discutir. Puedes retirarte. - terminó Ray, Vincent solo se alejó sin más, dejando a Ray solo.

El chico dio un suspiro y se dispuso a tocar la puerta. Al parecer todavía no había hablado con Oliver.

- Ray. - le llamó la pelinaranja saliendo de su escondite y muy confusa por lo que acababa de escuchar, pero decidió olvidarse de ello temporalmente

- Oh, Emma. Qué rápida fuiste. Por lo visto si te dio el permiso. - sonrió el pelinegro mirando el papel que ella traía en su mano.

- En realidad, no todo fue como lo planeado... de hecho, me descubrió. -

- ¿Eh? ¿Entonces como...? -

- Aun así, aunque haya visto a través de mí e incluso haya deducido que iría contigo, nos hizo el permiso. -

Ray se quedó unos segundos en silencio procesando lo que le había dicho su amiga.

- Ahora me siento mal por desconfiar de él... - afirmó Ray con la cabeza baja

- ¿Verdad que sí? Solo por una tonta pelea no debimos suponer que no te dejaría salir, al fin y al cabo, somos amigos. - agregó Emma un poco triste

- Agh, no importa, ya no hay que decirle a Oliver. Así que, compañero, puedes seguir durmiendo la mañana. - concluyó mientras miraba a la puerta, como si estuviera hablando con él desde el pasillo

- Ah, pero Norman me dijo que como condición a que nos diera el permiso, debías hablar con él hoy o mañana. -

- Tch, ¿tan pronto? - chasqueó su lengua

- ¡Ray! - lo nombró enojada- ¡Norman en serio quiere hacer las paces contigo! ¿Qué pasa con esa actitud? -

Ray conocía bien a Norman. Ahí había gato encerrado. ¿O quizás esta vez no?

ᴇɴᴅᴇᴀʀᴍᴇɴᴛWhere stories live. Discover now