Sous le ciel de Paris

14.- Frío

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 1812.

14.- Frío

Luka suspiró al oír el primer grito procedente del vestíbulo de la residencia. Le había rogado que tratase de pasar desapercibido, pero suponía que era pedir demasiado. Bajó las escaleras junto a Marco sorprendiéndose por el corrillo tan grande que le rodeaba, Penny se había movido hasta la esquina más apartada, la entendía, a él también le agobiaba todo aquel revuelo y griterío.

—¡Ah, hijo!

Las miradas se clavaron de manera automática en él que suspiró de nuevo mientras Marco daba un paso al lado para huir de jaleo.

—Veo que lo de la discreción no va contigo.

—¿Qué? ¡Ey! ¡De uno en uno! —El griterío y los brazos en alto se tragaron al rockero—. ¡En serio! ¡Hay Jagged para todo el mundo!

Luka acabó de bajar las escaleras y se acercó a Penny que le había llamado con un gesto de la mano. Ignoró la petición de auxilio de Jagged.

—Lo siento —susurró ignorando también a Jagged—. He intentado que viniese sin el maquillaje y que esperase fuera, pero no ha habido manera.

—No pasa nada. ¿Y las niñas?

—Xantal se ha quedado con Amanda en París, Máša en el coche con Pierre, no quiere perderse tu debut de mañana.

—¿De verdad?

—Sí, está entusiasmada —musitó sonriente—. Estuvo viendo las pruebas de nivel con Jagged, desde entonces no deja de repetir que quiere verte en el escenario.

—Creo que se aburrirá.

—No lo creo, además, si estás en el escenario no se perderá ni un detalle.

»Voy a rescatarle del lío en el que se ha metido él solo o nos pasaremos aquí el resto del día.

Luka la observó abrirse paso con maestría entre sus eufóricos compañeros de estudios.

—Tu madrastra estás buenísima —soltó Marco plantándose a su lado.

—Tío —protestó Luka, aunque no pudo evitar reír.

—¿Qué? Por muy enamorado que estés sigues teniendo ojos en la cara. Tienes que admitir que es muy guapa y que tiene un cuerpazo.

º º º

¿Qué día era? No lo sabía.

¿Cuánto tiempo había pasado desde su ruptura? No lo sabía.

¿Cuánto llevaba fuera Luka y cuánto le quedaba para regresar? Tampoco lo sabía.

El tiempo se había convertido en una especie de masa pastosa, pringosa y sin sentido. No había nada que marcase el paso de los días porque el señor Agreste había decidido que aceptar el encargo de Jagged era lo mejor en aquel momento, ya no tenía que seguir su rutina de salir de casa, tomar el autobús y trabajar en el atelier. Podía ser miércoles o domingo y no existía nada que la ayudase a distinguirlo.

Tikki se había rendido con ella. Estaba enfadada por haberlo hecho, incluso más de lo que lo estaba cuando trataba de animarla. Estaba en un punto en el que el enfado y la tristeza se entremezclaban y estallaban sin previo aviso. No tenía control sobre sus propias emociones. No tenía control sobre nada en realidad.

Se dejó caer en el sofá, sus padres ya la habían reñido varias veces por estar encerrada en su cuarto y ella había prometido dejar de hacerlo. No tenía ganas de jugar, tampoco de ver la televisión y no estaba lo suficientemente concentrada como para leer.