24.- Lento

33 2 2
                                    

Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 2168.

24.- Lento

Dejar París sin poder hablar en conficiones con Marinette le pesaba. Había tanto que decir, tantos temas de los que hablar y tantas cosas por aclarar, pero no pudo ser. Aquel beso necesitado que habían compartido seguía resonando en su pecho. Esperaba que pudieran hablar y poner orden al volver, también que no fuese demasiado tarde para hacerlo.

Se sacó la llave del bolsillo de la cazadora y dudó antes de meterla en la cerradura. Por un momento tuvo la sensación de que se encontraría a Cléa al otro lado, era irracional. Sacudió la cabeza para apartarla de sus pensamientos, metió la llave, la giró y la puerta cedió.

—¡Luka! —Marco se levantó de un salto de la silla con el móvil en la mano y dio una teatral vuelta sobre sí mismo—. Te llamo luego.

—No hacía falta que colgases para saludarme —replicó riendo y aceptando un estrecho abrazo de bienvenida.

—No era importante —musitó encogiéndose de hombros y mirándole con atención—. ¿Cómo ha ido por París? ¿Has podido descansar o esa cabeza tuya ha trabajado a toda marcha?

—Bien, me he desconectado un poco.

Marco cerró la puerta como si alguien pudiese cruzarla y ensuciar aquel reencuentro.

—Y ¿estás bien?

—Lo estaré.

—Oye, siento que te hicieran volver a casa. Yo no dije nada, te lo prometí y sabes que nunca rompo una promesa.

—Lo sé, Marco.

—¿Qué te parece si vamos a comer cualquier guarrería nada sana por ahí?

—Deja que me duche primero.

—Mi cuarto de la residencia, es tu cuarto de la residencia.

—Idiota. —Rió Luka—. Gracias por la bienvenida.

Se sintió tranquilo, Luka parecía mucho más animado que antes de volver a París, esperaba que eso significase que había podido hablar con Marinette y que lo habían arreglado. No iba a preguntárselo, ya se lo explicaría si quería, aunque tal vez le preguntase a ella.

—¿Viste la actuación del miércoles? —preguntó oyendo el agua de la ducha correr.

—No, ¿por qué?

—Han puesto a Stéphane en el lugar de Cléa y estuvo tocando fuera de tempo todo el rato. El director estaba tan frustrado que parecía a punto de estallar.

—Pobre Stéphane.

—¡Pobre público! —exclamó Marco divertido—. Aunque no estoy seguro de que notasen nada raro por cómo aplaudían.

»En el concierto de esta noche la viola principal será Odile, que es a quien deberían de haber puesto desde el principio.

—Entonces todo arreglado, ¿no? —pronunció saliendo del cuarto de baño en calzoncillos y la ropa sucia, entre la que se ocultaba Sass, arrugada en la mano.

—Bueno, sí. La cuestión es que lo han hecho todo demasiado complicado. —Marco se encogió de hombros—. Creo que han sido muy torpes intentando ocultar todo este embrollo. Entiendo el escándalo y que sus padres seguramente han puesto sobre la mesa un buen fajo de billetes de doscientos euros, pero lo están haciendo muy difícil.

—No es asunto nuestro.

Era parte implicada, era asunto suyo lo quisiera o no. No quería hablar de ello, de acuerdo, tocaba cambiar de tema.

Sous le ciel de ParisWhere stories live. Discover now