27.- Un traje de serpiente

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Miraculous, les aventures de Ladybug et Chat Noir y sus personajes son propiedad de Thomas Astruc y Zag Entertainment.

Palabras: 2090.

27.- Un traje de serpiente

Tikki abrió los ojos sorprendida por el sonido rítmico de la máquina de coser. Se asomó por la barandilla de la cama, la vio con la luz del flexo encendida y cosiendo una pieza de tela blanca. Quería acercarse y preguntarle, pero temió que, si lo hacía, abandonase la tarea y se cerrase de nuevo. Se quedó sentada vigilándola desde la distancia preguntándose cuánto tardaría en caer presa del sueño. Sin embargo, el sonido de la máquina de coser no cesó en toda la noche.

Marinette alzó con orgullo lo que había estado cosiendo y que Tikki reconoció como una camisa. No solía hacer camisas porque decía que le parecían aburridas y, desde luego, dudaba que fuese para Jagged que probablemente no hubiese usado una en toda su vida. Se levantó de la silla y la vio tambalearse, temió que se desmayase porque llevaba semanas sin comer o dormir bien y estaba débil, pero se irguió y logró avanzar hasta el maniquí masculino en el que había fijado las medidas de Luka hacía ya demasiado tiempo. Colocó la camisa y usó algunos alfileres a modo de botones para cerrarla y comprobar que las medidas eran las correctas.

—Botones verdes —susurró.

Regresó sobre sus pasos y tomó las piezas de tela verde oscuro que había cortado para el traje de Luka. Seleccionó las de la americana, las colocó sobre la parte libre de la mesa de trabajo.

—¿Y los alfileres?

Tikki bajó volando hasta ella, le ofreció el alfiletero y Marinette lo aceptó con una media sonrisa. No se parecía mucho a su sonrisa de siempre, pero le pareció sincera y eso la alivió, era una buena señal.

—¿Has estado trabajando toda la noche? —preguntó como si no la hubiera estado observando.

—Sí, no podía dormir.

—¿Es el traje de Luka?

Marinette miró la camisa casi acabada y después las piezas de tela verde oscuro sobre la mesa de trabajo como si necesitase mirarlas para saber en qué trabajaba.

—Tengo que acabarlo —musitó fijando las piezas con los alfileres—. Si no lo hago creo que no podré trabajar en nada más.

Estaba bloqueada y no era por no haber acabado el traje de Luka, estaba segura de que Marinette era tan consciente de ello como lo era ella, pero si acabarlo le daba un poco de paz quién era ella para llevarle la contraria.

—También tienes que comer y dormir, no lo olvides.

—Tikki... ahora sólo quiero trabajar en esto. Acabarlo. Pasar a lo siguiente.

Bien, le daría espacio. Tarde o temprano el sueño la vencería de nuevo y Sabine y Tom no tardarían en subir para obligarla a desayunar.

—Voy a acabarlo.

Tal y como Tikki había predicho Sabine entró al cuarto de su hija cargada con un tazón de leche con cacao y unas tostadas. Se sentó al lado de su hija que se resistía a abandonar su labor para desayunar, pero logró que, al menos, se comiera la mitad de las tostadas y se acabase la leche con cacao.

Se quedó sentada al lado de su hija mientras hilvanaba las piezas antes de lanzarse a hacer la costura definitiva. La mujer no le habló. Tikki la había oído decirle a Tom que lo mejor era darle espacio, que Marinette se lo explicaría cuando estuviera preparada, que obligarla a hablar causaría el efecto contrario; también que no debían dejarla sola.

—Mamá, estoy bien.

—No lo estás, cariño.

—Mamá...

Sous le ciel de ParisWhere stories live. Discover now