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Scott, 16 años.

Fue extraño que Reachell no apareciera en su cumpleaños y que tampoco haya recibido ningún mensaje de su parte. De hecho no sabía nada de ella desde el incidente. Lo más seguro es que se habría metido en graves problemas por haberse salido de clase y haber estado con él. Su tío Ted le era casi imposible controlar a su prima, y por lo que ella le había contado, a veces la dejaba amarrada en su habitación, ya que era la única forma. Le divertía escucharla porque lo decía presumiendo, como si fuera una gran hazaña llevar al límite a su padre.

¿Habrá sido uno de esas veces? ¿Será que Reachell fue castigada por su culpa?

Ni siquiera Leyla le había hablado mas que para felicitarlo y prometerle que le daría un regalo.

E ir a verla a su casa no era precisamente una buena opción. Sus tíos le daban miedo.

De pronto, mientras iba saliendo vio a Emma a lo lejos. Iba hablando con uno de los chicos de su clase y ambos se sonreían. Dudó entre acercarse y saludarla, o fingir que no la había visto e irse. 

Era mejor no interrumpirla, así que optó por la segunda.

Después de todo, Scott apenas y hablaba con ella, quizás se había cansado de siempre ir tras él y ser recibida por su misma personalidad tímida.

Simon ya lo esperaba al otro lado de la calle cuando alguien tocó su hombre.

—Emma —musitó. Y se sintió feliz de que ella lo saludara.

La chica le sonría cálidamente.

—Me duele cuando me evitas, ¿sabes?

—Lo siento. No quise interrumpir...

—El único chico que me gusta eres tú, así que nada me haría más feliz que me interrumpieras cuando estoy con alguien más.

Scott sintió su rostro enrojecido y apartó la mirada abrazándose así mismo. Podría decirle a Emma que parara de decirle esas cosas, pero lo cierto es que le gustaban. Lo hacía sentirse especial para alguien.

—Bueno, como sea. ¿Ya pensaste cuáles son tus colores? Te dije que quiero saberlo, yo te compartí los míos.

Scott lo meditó unos segundos.

—Hay uno. Blanco.

—¿Blanco? Ese es el único color al que aún no le asigno un sentimiento. Sigo pensándolo. ¿Qué significa?

Scott se quedó en silencio. Se sentía apenado compartir esa parte de él. Emma no lo presionó y se quedó ahí, esperando su respuesta. Parecía entusiasmada por escucharlo, como si de verdad lo que él pensara sobre ese color tan simple fuera importante.

El blanco no era su color favorito. De hecho, le disgustaba su simpleza. Se veía tan monótono y sin importancia... Como él.

Pero era un buen color para lo que sentía.

—Me siento perdido —susurró esquivando su mirada—. Todos los días me siento así. No sé qué hacer, no sé qué es correcto, no sé qué tan bueno es ser bueno. Camino por ahí y observo, pero al mismo tiempo siento que no veo nada. Todo es... Blanco.

Emma borró su sonrisa, lo observó detenidamente. Scott le devolvió la mirada comenzando a sentirse incómodo. ¿Había dicho algo malo? ¿Fue raro? ¿Ridículo? ¿Tonto? Quizás no debió...

—Wow —susurró Emma—. Me encantó, en serio. ¿De verdad es el único color que tienes?

Algo dentro de Scott se sintió diferente al escucharla.

Scott [Precuela de Adam]Where stories live. Discover now