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Scott, 17 años.


Desde que puso un pie en la casa de Simon, Scott no se detuvo a pensar en cosas inecesarias o a sentirse miserable. Estaba demasiado ocupado ideando el plan perfecto, descartando las variables que podrían traerle problemas y agregando otras que podrían corregirlas.

Simon dejó claro que no contara con él para nada, así que no le quedó más remedio que buscar algunas cosas por sus propios medios, lo que le llevó semanas hasta que finalmente dio con la clave: Elena Torres. Ex novia de Eddie, violenta, rencorosa, le gusta el sexo y dispuesta a hacer de todo con tal de ver a Eddie en desgracia. Podría estar tan loca, como él, quién sabe. Pero ambos tenían el mismo objetivo hacia ese chico, y Scott estaba dispuesto a manipularla y usarla para que su plan funcionara.

La chica ya había tenido problemas con él por varias escenas de celos que le había montado. Así que debería tener mucho rencor contra él, el sentimiento perfecto que hace a una persona vulnerable y fácil de controlar haciéndoles creer que son los dueños.

8:30 p.m., hora de llegada de Eddie.

Miró su reloj y eran las 10:30 p.m. Él tendría que estar a las 11:00 p.m. en la casa, le tomaría unos veinte minutos encontrar y hablar con Elena, por lo que dos horas y veinte minutos era tiempo suficiente para que Eddie estuviera en un punto medio de estar borracho, así no recordaría mucho de él, pero suficientemente consciente para saber lo que le sucedía y sufrir un poco de dolor.

Vio la enorme casa que se levantaba frente a él y a la gran multitud alrededor, junto con el bullicio de la música y los gritos de éxtasis. Nadie pensaría que él podría estar a punto de hacer algo "horrible".

Se acomodó la mascarilla y se ajustó la gorra. Preparó sus guantes y agarró la hielera vacía del suelo con ambas manos. Algunas personas lo vieron entrar pero nadie le tomó importancia.

Scott por dentro sonreía.

Se acercó a un grupo de chicos dejando caer la hielera y fingiendo que se había cansado.

—D-disculpen —gritó para hacerse oír sobre la música— ¿Sa-saben dónde está E-elena To-Torres? Encargó algunas ce-cervesas.

Tuvo que aguantar soltar una carcajada ante su fingida imitación de adolescente tartamudo. No importaba si se habría visto real o no, para este punto el chico sólo recordaría que era tartamudo, era su defecto más destacado así que ignoraría el resto. La mente humana era simple de leer.

El chico, alto y de cabello castaño, lo miró burlonamente y dio un trago más a su cerveza.

—¡La vi por la cocina, si no está ahí pregunta a alguien más!

—Gra-gracias.

Nuevamente, levantó la hielera como si de mucho esfuerzo se tratase y entró a la casa. Todo el lugar estaba atestado de personas que apenas podía abrirse paso. Tuvo que soportar no empujar a nadie o verse demasiado violento.

Dejó caer la hielera en la barra y comenzó a buscar a la chica. No fue muy difícil encontrarla con ese cabello rojo fuego y la risita chillona. Se encontraba sentada en las piernas de un tipo. Venía vestida con ajustado vestido rojo que dejaba muy poco a la imaginación. Scott supuso que eso era lo que encontraban atractivo la mayoría de los chicos, pero él no sintió nada ningún tipo de deseo. Si era normal o no, ya no le importaba.

Se abrió paso entre la multitud pero no pudo evitar sentir una desesperación y asco cuando pasaba rozando a alguien. Quería empujarlos y gritarles que se alejaran, pero no podía hacer eso. Tenía que contenerse, tenía que superarlo si quería que las cosas salieran bien.

Scott [Precuela de Adam]Where stories live. Discover now