~20~

5.1K 1.2K 544
                                    

Scott, 17 años.

Aunque Simon no dijera nada, Scott notaba su tensión y la curiosidad que emanaba de sus ojos por saber lo que había sucedido. Se había negado a ir al hospital y también con la policía, a lo que Simon aceptó a regañadientes.

Eran varias horas de camino. Demasiado tiempo para relatar lo que había pasado pero Scott no estaba preparado para explicarlo en voz alta. Todavía no comprendía, necesitaba asimilarlo.

—Ese chico...¿Es su amigo? —Inquirió repentinamente Simon. Scott apartó la vista de la ventana.

—Los amigos no los haces en un día.

—He escuchado un poco de los Coleman, parecen ser buenas personas.

Scott se encogió de hombros.

—Dudo que volvamos a cruzarnos.

—Por cierto, nuca pensé que tomaría mi consejo de dejarse crecer el cabello.

Sonrió.

—Admito que me gusta. Me da un nuevo aire, ¿no lo cree?

Simon rio.

—En efecto, joven Bernard. ¿Qué hará cuando lleguemos? ¿Le gustaría ver a sus padres?

Scott se quedó pensativo unos segundos, ni siquiera estaba seguro a dónde debería ir. Ver a sus padres parecía lo más razonable, pero aún había algo que lo asustaba. ¿Quizás el miedo al rechazo? ¿Y si veía a Reachell primero? ¿O a Leyla? Ella tomaría las cosas con más calma, podría ayudarlo y le diría qué hacer. Pero, ¿y si le preguntaban qué fue lo que pasó? ¿Sería capaz de decirlo?

Entonces, una tercera opción vino a su mente. Algo que habría pasado por alto.

—Simon, lo último que te pedí fue que investigaras si habían atrapado al abusador de Emma, ¿recuerdas?

—Ah, claro que sí. Después de su desaparición trabajé en ello. Encontraron al culpable, sí. Pero no fue penalizado. Su nombre es Eddie Fakers, era compañero de Emma y debido al poder de sus padres, el caso se cerró y él quedó libre, ya que además era menor de edad.

—¿Entonces no hubo ningún castigo para él? ¿Y que hay de la madre de Emma?

—La señora luchó por hacerle justicia a su hija, vendió todo lo que tenía para hacerle frente a la familia Fakers pero no fue suficiente. Ella perdió y, parece ser, murió de tristeza hace cuatro meses.

—¿Y ya? —Espetó Scott con aspereza— Perdió a su hija, su hogar y luego su vida, ¿y no se hizo justicia? ¿Por qué? ¡¿Por el puto dinero?!

Simon abrió los ojos, sorprendido de escuchar a Scott decir una mala palabra y mostrar su enojo. Él nunca había hecho tal cosa, siempre se había limitado a permanecer callado y llorar.

—Bueno... Sí, lo lamento, joven Bernard. Sé que suena injusto.

Hubo un momento de silencio que a Simon le resultó incómodo por la mirada furiosa que poseía Scott.

—Bueno, ya sé lo que haré cuando llegue —murmuó—. ¿Tienes más información sobre ellos?

—Sí. Intenté ayudarla tratando de buscar alguna prueba, así que comencé a seguirlos. Desafortunadamente no encontré algo que fuera de ayuda. En mi casa hay algunas notas con la rutina de Eddie y de sus padres. También logré grabar una conversación de la madre hablando por teléfono, donde daba a entender que ella se había encargado de todo y que su marido nunca se enteraría de esto; que era un secreto entre madre e hijo.

—¿Y esa grabación no habría sido de ayuda para culparla?

Simon hizo una mueca.

—Quizás, pero no la conseguí de forma ilegal y temía meter en problemas a la señora. Además, ella murió poco después de eso.

Scott [Precuela de Adam]Where stories live. Discover now