Capítulo 42

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Ione no volvió a casa esa noche. Le mandó un mensaje a Bianca para que no se preocupara, y muchos emoticonos de corazones para intentar que Bianca le perdonara el susto que le había dado.

Pero al final solo estaba ella. Sola, en casa, comiendo techo y pensando en todas las veces que podría haber hecho las cosas bien y solo había seguido haciendo que la bola creciera.

Dio gracias de no tener que ir a las prácticas al día siguiente, porque llegó la hora en la que se tendría que haber despertado y aún ni había conseguido dormirse. No fue hasta que un poco de sol empezó a colarse por su ventana que por fin lo consiguió, más por el cansancio que por otra cosa.

Sin embargo, los recuerdos la hicieron despertar de golpe varias horas después.

—Joder, joder, ¡joder!

Hundió la cara en la almohada y gritó todo lo fuerte que pudo, esperando que eso la ayudara a aceptar su estupidez del día anterior. Sin querer pensar en ello, se levantó como si alguien le hubiera lanzado un petardo a la cama, cogió el móvil y se fue corriendo al salón.

Le dolía la cabeza, y no sabía si era por la tensión o por la resaca, pero no era nada que un buen café y una buena serie no pudieran curar.

Quince minutos después, ya casi se sentía como una persona funcional, y se atrevió a mirar el móvil. Desbloqueó la pantalla y miró sus notificaciones.

Ciento cincuenta mensajes en cinco chats.

Lo volvió a bloquear corriendo y lo tiró al sofá como si quemara. Luego miró a su alrededor para ver si alguien (¿quién, si estaba sola en casa?) la había visto hacer el ridículo y lo volvió a coger disimuladamente.

La mayoría de mensajes estaban en el grupo que tenía con la banda, y empezaban como media hora después de que ella se hubiera ido. No quería verlo. En ese grupo estaba Abel, y no quería ver lo bien que se lo había pasado después de que ella se fuera. No quería ver sus mensajes divertidos, ni nada que tuviera que ver con él realmente. Pero otra parte de ella, quizás la parte que llevaba horas autoflagelándose, quería ver si había algún indicio de que hubiera estado con alguien más. De que se había quedado sin su oportunidad de estar con él. Así que tomó una respiración profunda y abrió el dichoso chat.

El primero era un vídeo de Gabe bebiéndose una lata de cerveza en literalmente menos de cinco segundos, con un coro animándole a su alrededor. Una foto de Gabe sonriendo y levantando un pulgar, con Jake riéndose al lado. Un mensaje de voz de Killian tan borracho y gritando tanto que no pudo entender ni una sola palabra. Y los típicos mensajes de "¿Dónde estáis? Estoy en el salón. Traed algo de beber". Pero muchas veces, sin ningún sentido ni cohesión.

Después, a eso de la una de la mañana, empezaron a mencionarla.

Archer: oye, dnde está Bianca

Archer: @Bianca

Gabe: @Bianca !!!! ☹ ontas, ven a bber conmigl

Killian: @B anca

Killian: oops no

Después de varias menciones así, por fin Ione hizo acto de presencia y les salvó de seguir maltratando a su pobre nombre y de hacerle peticiones ridículas para que fuera con ellos.

Ione: se fue a casa hace un rato, está sobada. Mañana la acosáis xd

Después de eso, la conversación volvió a ser fotos de sus amigos en estados ridículos de embriaguez.

Pero ninguno de Abel. Ni sobre Abel, ni preguntando por Abel, ni nada de nada.

No sabía si eso era buena o mala señal.

Sublimación (Evitación parte 2)Where stories live. Discover now