—¡¿Qué has hecho qué?!
Bianca frunció el ceño ante el grito entre dientes de su amiga. Acababan de salir todos en tropel —menos Killian, que parecía haber estado bastante ocupado con una chica que había conocido y había dicho que esa noche no dormirá en casa. Bianca había apartado corriendo a Ione para hacerle un resumen de lo que había pasado.
No se esperaba que Ione también se enfadara con ella.
—Solo quería que parara —gruñó, tratando de justificarse.
Estaban hablando en español, y el resto las miraban con el ceño fruncido. Abel la miró con los brazos cruzados. Tenía la mandíbula apretada, pero sus ojos brillaron un poco con satisfacción al escuchar la reacción de Ione.
—¡Bianca, no te puedes meter en todas las peleas que veas! —su amiga la agarró con firmeza del brazo. Estaba intentando susurrar, pero fracasó miserablemente— ¡Ya hemos pasado por esto!
Bianca se zafó de su agarre y le echó una mirada sucia. Se sentía traicionada. Solo había hecho lo que había creído conveniente para ayudar a sus amigos.
—Que sí, soy una idiota por intentar ayudar, lo pillo.
—A lo mejor esta vez el gilipollas no estoy siendo yo, ¿eh? —soltó Abel, con una expresión petulante.
Era obvio que, a pesar de la barrera del lenguaje, el tono de Ione dejaba bastante claro su opinión sobre el tema.
Bianca inhaló con fuerza y apretó la mandíbula. Estaba harta.
—Que me dejes en paz —escupió.
Sin decir nada más, echó a andar. Suponía que era obvio que iba a casa, así que ni se molestó en decir nada mientras recorría el camino de vuelta.
Iba varios metros por delante del grupo. Les podía escuchar murmurar a sus espaldas, no sabía si sobre lo que había pasado o de cualquier otra cosa. Le dio igual. Tan solo quería llegar a casa y encerrarse en la habitación hasta que se le pasara el cabreo.
Ninguno de ellos trató de decirle nada. Bianca tenía la sensación de que estaban un poco confusos, porque dudaba que ninguno la hubieran visto así de enfadada antes.
No entendía por qué se le habían echado encima. No era ella la que se había acostado con alguien con novio en una discoteca, ni la que había causado una pelea. Tan solo había intentado pararla, evitar que hicieran daño a sus amigos. Nadie le había dicho nada a Archer. En ese momento se dio cuenta de que quizás era porque esos problemas debían ser de lo más normales en ese grupo, pero ella no estaba acostumbrada, y su primer instinto había sido el de ayudar.
Se alegró de ser la que llevaba las llaves esa noche. Todos habían coincidido en que ella era la más responsable, y llevaba uno de los dos juegos que les había dado el casero. El otro lo debía llevar Jake.
En cuanto llegó, abrió la puerta y no se molestó ni en encender la luz al subir las escaleras. Cerró la puerta tras de sí y corrió las cortinas de la terraza por si acaso a Abel le apetecía asomarse y molestarla más. Por si acaso, echó el pestillo de la puerta.
Se sentó en la cama de golpe y miró al reloj. Eran las tres de la noche. Se sintió un poco mal porque era bastante pronto. Quizá el resto habían querido quedarse, y no habían podido por todo ese drama. Luego se dio cuenta de que hubieran echado a Abel y Archer igualmente, incluso si ella no se hubiera metido en medio, y se le pasó.
No tenía nada de sueño, así que fue al armario y rebuscó en su mochila. Sacó el libro de The witcher que tenía a medias y los cascos. Se cambió de ropa por una camiseta larga en un par de minutos, y se dio cuenta de que si quería limpiarse el maquillaje tendría que salir al baño. Decidió que le daba igual manchar la almohada.
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Sublimación (Evitación parte 2)
RomanceSEGUNDA PARTE DE EVITACIÓN. NO LEER SI NO SE HA LEÍDO LA PRIMERA (o quieres comerte spoilers o no enterarte de nada) Bianca consiguió superar sus miedos y lanzarse de una vez, intentarlo con Abel después del tira y afloja que ha sido toda su relac...