❥Encierro❥

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Notas:

Me está matando la gripe y el estudio.

Advertencia. Escribí esto como loca y perdón si hay faltas de ortografía.

✏✏✏✏

Ya llevaban rato sentados en el aula de detención. Había un enorme silencio y creciente aburrimiento.

Sin embargo, Gumball Watterson, se hallaba inquieto. Era como si el destino le estuviera indicando algo. Es decir, él y el bravucón de la escuela... Justamente los dos solos en ese lugar...

Tenía tantas ganas de preguntar cosas, pero ¿Cómo comunicarse con ese frívolo ser?, ¿cómo iniciar la conversación?

—Creo que se han olvidado de nosotros —dijo en voz alta el azulado.

No hubo respuesta.

—Que raro que no estén aquí los de tu grupo de vándalos —trató de ser más directo —. Normalmente los encerrarían a todos.

—¿Qué demonios quieres? —habló desde su asiento el de tonos grisáceos.

—Estoy aburrido, ¿tú no?

—Prefiero morir de aburrimiento que sostener una charla contigo.

—No te creo, llevamos casi una hora aquí.

El otro bufó y soltó —: Prefería hablar con el idiota de tu hermano a hablar contigo. Al menos el sí sabe cuando cerrar la boca.

—¿Qué estas tratando de decir? —se indignó.

—Olvídalo, él terminaría por darme un sermón si se entera que estoy aquí —susurró con la mirada fija al frente mientras apoyaba su mejilla sobre la palma de su mano. En ningún momento se digno a devolver la mirada.

—Darwin es un buen chico, obviamente siempre está entrometidose al querer a ayudar a otros.

—O eso intenta.

Al escuchar aquello con un tono "extrañamente sentimental" proviniendo de ese sujeto, los sentidos de alerta de Gumball se encendieron al instante.

No podía más, se estaba metiendo en un asunto que no era de su incumbencia, sí. Peeeero, todo era por una buena causa; la de proteger a su hermano (según él).

Ya hacía días que el pecesito naranja le contaba de ese tipo, no obstante, su hermano mayor se vio preocupado ante la situación de supuesta amistad. No podía entender como sus personalidades iban a convivir de manera "amistosa". Y en un principio temía que Darwin viviera en un mundo ideal falso, o sea, le hablaba de alguien que no encajaba en el perfil del chico bomba.

—Sé que Darwin se está juntando contigo a escondidas —dijo sin ninguna delicadeza.

El mayor de estatura pareció reaccionar desde su asiento. No dijo nada pero su mirada era suficiente para saber que no estaba tranquilo.

Pasaron algunos segundos. Se levantó de su asiento, abrió la ventana y se dispuso a salir por ella.

—¿Qué rayos haces? —preguntó el de sueter beige.

—Me largo de aquí —respondió —, eres insoportable.

—¿Estás seguro que es por eso? —se burló, pero en cuanto observó como el otro estaba a punto de salir exclamó —: ¡Darwin sabe que estás en detención y que te escaparás!

Eso lo detuvo en seco.

«Ya te tengo», pensó.

—¿Te preocupa que ÉL se entere? —sonrió ampliamente mientras se aproximaba a la posición del otro, quien ya había retrocedido y desistido de su plan.

PROPIEDAD NO EXCLUSIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora