❥Invisible (1/2)❥

1.2K 51 25
                                    

Notas:

No tengo notas.

Resumen: Gumball es ignorado por todos sin saber la razón.

✏✏✏

-Oye, oye, ¡oye!- le seguía desde hace rato, pero él le ignoraba.- ¡No me ignores cuando te hablo!-

El chico gato comenzaba a molestarse de su silencio, estaba bien que fueran némesis, pero siempre cruzaron palabras, ¿por qué ahora le estaba ignorando?

-¡Bien, haz lo que se te dé la gana!- con los puños apretados y la postura rígida le siguió con la mirada hasta verlo desvanecerse.

Decidió retirarse a casa.

Caminó por el trayecto que ya se sabía de memoria, todo parecía muy gris hoy, el cielo se veía triste y parecía que iba a llover. Apresuró el paso y no tardó en retornar a su hogar. Azotó la puerta con frustración, todo estaba en total silencio, había algo muy raro.

-¡Papá, Mamá!- gritó- ¡Darwin, Anais!- recorrió el lugar mientras repetía lo mismo.

Nadie respondió.

Más desanimado aún subió las escaleras y se aventuró a su cuarto, definitivamente el día no le favorecía. No le daban ganas de hacer nada. Prefirió esperar a que alguien aparecía, para quejarse y desatar toda su frustración. Fueron minutos que se prolongaron a horas, al fin escuchó la puerta, no quería levantarse, aguardó por la primera alma en pena que entrara para bombardearla con su parloteo incesante, previamente preparado. Resonaron los pasos cada vez más cercanos a la puerta, finalmente siendo abierta por su hermano.

-¡Ya era hora de que alguien apareciera! Darwin, hermano, no me lo vas a creer, hoy-- se interrumpió rápidamente, al alzar su torso y dirigir la vista al chico de buzo naranja no pudo observar bien su rostro, sus cabellos en desorden y su mirada gacha no dejaban observar sus ojos, sólo era capaz de ver la linea recta que dibujaba su boca.- ¿Darwin?- se levantó de la cama.

El moreno seguía estático, no fue hasta que Gumball estuvo dos pasos cerca que decidió deslizar su cuerpo hacia el suelo, apoyandose aún en la puerta. Flexionó las rodillas hacia su pecho y con lentitud fue encerrandolas con sus brazos, escondió nuevamente su cara negándole el acceso al azulado. El minino estaba confundido, su hermano era muy abierto con él, normalmente al llegar le saludaba alegre o por lo menos brillaba en cuanto a una presencia radiante, ahora permanecía en el piso abrazando sus rodillas en un ambiente mudo, o eso creía el mayor hasta que se arrodilló a su lado y trató de tocarle el hombro; estaba temblando.

-¿Darwin?- está vez su preocupación era palpable hasta en el tono de voz.- ¿Qué te ocurre?-

Los sollozos que intentaba contener poco a poco fueron escapando, los hipidos cada vez eran más audibles.

-¡Darwin, por favor, dime que te pasa!- le suplicó.

El otro no le respondió, ni siquiera lo miró. El gimoteo era cada vez más violento, el llanto silencioso poco a poco fue exclamando su dolor en gritos. Sus brazos se soltaron y dejaron abrirse sus piernas, su rostro visible entre humedad y mocos, todo el panorama estaba asustando al felino.

-¡Darwin!- estaba a punto de tocarlo pero este rapidamente se levantó de donde estaba y se dejó caer en la cama de abajo de la litera.

Hundió su rostro en la almohada sin consideración ajena, seguramente está terminaría hecha un desastre. Gumball volvió a acercarse en otro intento desesperado, ¿por qué su compañero estaba tan mal?, nunca lo había visto de esa forma.

PROPIEDAD NO EXCLUSIVAWhere stories live. Discover now