❥ERROR❥

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Notas:

Pareja: Bobert x Tina

No , no tengo comentarios al respecto...

✏✏✏✏✏

-Genial, Gumball, ahora sí lo rompiste- decía de manera tranquila un chico de sudadera naranja. 

-¡No, no, no, no!, ¡Bobert, reacciona!- levantó su torso del suelo y comenzó a sacudirlo con fuerza. 

-¡Oye, oye!, con violencia no vas a lograr nada, ya te lo he dicho- el menor se colocó las manos en la cadera, dejaba ver en su rostro una expresión de reprobación total. 

-¿Ah?, sí, cierto, amor, esa es la respuesta- con los nervios aún elevados se sentó más cómodamente, abrazó al chico pegándolo a su pecho y empezó a acariciar su cabello. 

Darwin solo se cruzó de brazos y frunció aún más su ceño, rodó los ojos ante la escena. 

-Ya déjalo, mejor llevemoslo a la enfermería- trató de apartarlo del contrario. 

-Que... ¿qué pasó?- abrió con lentitud sus parpados. 

-B-bobert, que bueno que estés bien, amigo- respondió el celeste con una sonrisa forzada y el sudor en la frente. Le ayudó a levantarse del piso. 

-¿Qué estaba haciendo?, agh, me duele la cabeza- dijo el chico de lentes. Se sobaba la parte trasera del cráneo. 

-Pueeees... Verás- 

Como siempre, la explicación era simple, fue culpa del chico-gato, quién, al correr hacia su clase chocó con Bobert, haciendo que este perdiera el equilibrio, en su caída logró golpearse la cabeza con el bebedero. Para suerte del peliazul, no fue más que una lesión de nada.

-¡Se nos hace tarde!, ¡adiós!- exclamó y tomó de la mano a su hermano para salir corriendo. 

El otro se quedó confundido en su sitio, se sentía extraño. Recordaba perfectamente lo fastidioso que era ese gato y lo dócil de su cómplice, pero, por alguna razón, sus pensamientos se sentían más confusos y no "exactos" como de costumbre. 

°

Ya en la hora del almuerzo, los conocidos hermanos Watterson estaban sentados en una mesa a punto de degustar su porción de alimento, pero al instante algo inusual llamó su atención. 

-¿Estás viendo lo que yo?- preguntó el de suéter beige. 

-¿A Tobías sacándose los mocos?- dijo el pecesito con una expresión de desagrado.

-¿Qué?, ¡no!, que asco- se retrajo en su sitio, no pudo evitar no desviar la mirada para buscar a dicho sujeto. Agitó su cabeza tratando de disipar esa imagen mental.- Me refiero a Bobert, nunca lo había visto tardar tanto en seleccionar su almuerzo, normalmente siempre pide lo mismo, sale en 5 segundos hacia una mesa y no demora más de 10 minutos en comer- explicó. 

-Eres un... Muy buen observador- titubeó en su habla el de rizos. 

-Está dudando que mesa va a escoger, ¿es en serio?-

-Ya no lo fastidies, bastante tiene con el golpe que le diste en la mañana- le reprendió el menor, cosa que casi no sirvió de nada, el otro ya se había levantado y alejado del sitio. 

-¿Qué tal, Bobert?, ¿hoy rompiste la rutina?- se sentó sin permiso al lado del mencionado. 

-Supongo que sí- respondió algo dubitativo. 

PROPIEDAD NO EXCLUSIVADonde viven las historias. Descúbrelo ahora