❥Press A ❥

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Notas:

Pareja: Tobías x Ocho

Lenguaje algo vulgar.

Es una continuación(? Tuve que partirle todavía más porque seguía escribiendo como persona poseída, sin embargo, mis profesores han empezado a contactarme de vuelta y... Bueno, creo que mi tiempo terminó. 

Malditos deseos suicidas. 

✏✏✏✏✏

Después de las miradas incómodas el primer día, decidió que lo mejor era fingir estar enfermo. Aunque su engaño ya no era tan eficiente.

-Tobías, ¿estás seguro que no quieres ir al hospital?- preguntó su madre desde la puerta. Él estaba acostado en su cama aún.

-Muy seguro- se hallaba de espaldas, dirigiéndose a aquella voz sin preocupación.

-Si no quieres ir por algo en específico sólo dímelo-

La señora Wilson fruncía el ceño, obvio no era tan tonta, sabía que el de cabello colorido no quería por motivos personales, no de salud. No le respondió, por lo que, optó por salir de la habitación.

Tobías seguía inerte en esa posición perdido en su mundo. No tenía que preocuparse tanto de todas formas. Extras que presentara, extras que sus padres pagarían sin reclamo. "Es lo mínimo que pueden hacer", pensó, y a su mente regresaron los años de su infancia donde sus figuras paternas estuvieron mayormente ausentes, creyendo que con todo el dinero del mundo nada le haría falta. Error. Le faltó el amor de una familia.

*

Ya casi una semana entera y no salía de la habitación más que para asaltar de vez en cuando el refrigerador. Se la pasaba en pijama, viciado en los vídeos de internet y páginas varias. Sus padres de vez en cuando preguntaban cuando volvería a la escuela, él repetía la misma respuesta: "mañana". Los adultos comenzaban a fastidiarse de su contestación; rodaban los ojos tratando de restarle importancia.

Tampoco era algo agradable estar en casa todo el tiempo. De niño le gustaba quedarse a jugar videojuegos cuando solía estar "enfermo", pero ahora... Para su rara desgracia el acercarse a la consola le recordaba a cierta persona que a toda costa quería evitar, es más, era el motivo de porque seguía faltando al colegio. Hablando de eso, ¿qué haría con aquel asunto? Es decir, no podía evitarlo por siempre ¿O tal vez sí? Vamos, si le pedía a sus padres un cambio de escuela seguro se lo concederían. Aunque... Realmente la idea no le convencía del todo. Por ejemplo, la escuela de la que provenía Sarah era a simple vista " especial", no quería terminar como la chica de cabello rubio. Además, ya había hecho amigos, o eso trataba de hacerse creer ¿Gumball le consideraba un amigo especial? ¿Darwin? Sí, eran amigos, pero no lo suficientemente cercanos, no el tipo de amigo que puedes llamar para mover un sillón, no el tipo de amigo al que puedes contarle tus problemas amorosos.

"Amorosos".

¿Era la palabra indicada? No lo sabía. Su mente era un torbellino que lo arrastraba al desespero. Eran conocidos normales, podría decirse, claro que cruzaban palabras y convivían como compañeros de curso, antes teniendo ciertas limitaciones por el carácter del azabache. Luego, su comunicación era menos en la preparatoria, hasta ese día...

El timbre lo sacó de su mundo para traerlo a la miseria que tenía por vida. De mala gana arrastró los pies hacia la puerta principal, se le ocurrió que quizá era algún cliente de su padre. Abrió para dar paso a una imagen de pesadilla debido a sus pensamientos recientes, el mismo invasor de su mente estaba parado afuera de su casa. Se quedó mudo; rezaba porque aún no se levantara de la cama y siguiera sumido en el sueño profundo.
-¿Qué tanto me ves?- soltó agresivo al ver que su compañero no reaccionaba.

PROPIEDAD NO EXCLUSIVAWhere stories live. Discover now