Los Jinetes De Dragón

Capítulo 1

Feliz cumpleaños

Las tormentas son una forma de limpiar el aire, de hacer crecer las cosas, ese es su principal objetivo, pero en pocos casos también es para relajar el alma, cuando la cabeza no tiene el control de los momentos que están pasando alrededor.

Petricor, el nombre que se le dio al olor en el aire después de una tormenta, a ella le parecía adecuado, una palabra que no podía utilizar muy seguido, pero que, al decirlo, era como rogar porque a la mañana siguiente estuviera presente, entrando por su ventana, aunque para ella no había nada mejor que estar afuera para sentirlo junto con la brisa.

-May. –su madre llamo.

Intentando mantener el frio lejos, su madre se enrollaba con fuerza ambos lados de su bata, sin conseguir dejar de temblar con cada soplo del viento, su cabello estaba revuelto y tenía los ojos entre cerrados, "se ve aun tan cansada" May pensó. Desviando su mirada al suelo considero gracioso que ella ni siquiera traía zapatos en ese momento, aunque la humedad de las hojas en el suelo, habían hecho que su piel se arrugara un poco.

-Te resfriaras. –su madre se había levantado por el repentino sonido de la puerta, aunque se había demorado un poco en ir a revisar.

Su piel no estaba ni fría "muy poco probable así será" aseguro para sí misma.

Separo sus brazos a pesar de lo tensa que se veía por el frio, haciendo más obvio la forma en la que temblaba por el mismo, la madre de May extendió un abrigo invitándola a caminar hasta ella, que con gusto hizo. Su madre apenas entrar a la casa restregaba de arriba abajo los brazos de May sin preocuparse de su propio frio, pensado que su hija la estaba pasando peor, sin embargo, su cuerpo estaba en perfecta temperatura, si se había percatado de lo fuerte que estaba la brisa desde el momento que abrió la puerta, más su piel, su cuerpo habían hecho caso omiso, ni un tan solo escalofrió la recorrió en ningún momento.

Ha pasado algún tiempo, pero May no estaba del todo segura cuanto, o cuando es qué había sucedido, pero las cosas habían comenzado a cambias, no con su familia o su alrededor, más bien con ella, como si su cuerpo y mente ya no reaccionaran de la misma manera que solían hacerlo, frio, calor, incluso el agua hirviendo no se sentía tan... caliente, casi como si fuera del todo insensible ante cualquier cambio en la temperatura. "Cuan extraño" ella se había dicho en distintas ocasiones "cuan perturbador" insistía. Aun así, guardaba su pequeño descubrimiento para sí misma, continuamente, no conciliaba el sueño siendo carcomida por la duda de si sería mejor mencionar su problema a sus padres, pero como lo explicaría, es lo que terminaba por detenerla antes de poder hacer cualquier tipo de intento.

-feliz cumpleaños. –un tenue susurro su madre la felicito abrazándola por la espalda.

May regreso en si separándose de su madre para verla, sus ojos se enfocaron en el rostro de ella, quien la veía con una sonrisa tierna.

-ya tienes dieciséis. –dijo con un tono de nostalgia, pero sin dejar de sonreír.

-lo sé. Te quiero. –May abrazo a su madre sintiendo como acariciaba su cabello.

-yo más. –la apretó ligeramente sacudiéndola de lado a lado entre brazos, haciendo reír a su hija. -es mejor que te vayas alistando, tendremos visitas más tarde. -May asintió levemente.

Se separó de su madre corriendo hacia su habitación, una vez ahí desconecto su celular del cargador, abriendo la aplicación para ver sus mensajes, encontró uno reciente de Tamara.

"no podré ir... mis tan queridos padres, vienen de visita. No quiero dejar a noona sola, sabes cómo son"

May sabía exactamente a lo que se refería, por lo cual la inasistencia de su amiga estaba más que excusada. Solo había conocido a los padres de su amiga en una ocasión, pero esa impresión fue más basta que todas las palabras que Tamara alguna vez le pudo haber dicho. Ni siquiera ella quería estar en su casa en ese momento, tanto ella como su abuela (Noona) eran importantes en la vida de May, por lo que pensar cómo se han de sentir la hacía removerse un poco.